Los Malos Fics y sus Autores
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Mensaje por MariSev Jue 22 Abr 2010, 00:54

Hola. Espero estén todos y todas, muy bien. Como siempre, a mí se me da por botar las cosas y no recuerdo ni mi user ni mi contraseña (capaz me han baneado por no usarla). De todas formas, me gustaría saber qué piensan de este fic que he hecho para mi madre (como menciono) y bueno, qué tal ha quedado el comienzo. Creo que está un poco golpeado y quisiera saberlo (golpeado: hecho a la carrera)

Gracias por la humilde atención ^^.

Summary: Elisei, es una pequeña niña sin familia. Pero son las alas negras de Snape, quienes la cobijan. Contiene muchos sucesos de los libros, básicamente. Y una que otra interacción de Snape y otros personajes.

Fic:

Pudo haber pasado ayer.

Sonreía, aún con todo aquello que había acontecido, sonreía. Inspiré con fuerza y la miré con una expresión de preocupación. Lentamente, estiré un brazo hacia ella y traté de rodearla.

Pero no había nada que rodear, en su cuerpo. Estaba fracturado, a punto de dejarme con un suspiro. Sus ojos se fijaron en mí y en mi mirada de estupefacción. No había razonado y lentamente, comencé a perder el control de mi vida.

Lentamente, comencé a entender que estaba en un hoyo negro del que no saldría. Me sonrió suavemente, parpadeó un par de veces. Sé que le dolía, puesto que con cada parpadeo, la vena de su sien palpitaba.

Estaba a punto de dejarme allí, sin lugar a dónde ir. Sin pensamientos, solo con la voz que sonaba como un gruñido.

Una voz que se despedía de mí.

Me sonrió una vez más, mientras yo trataba de entender, qué quería decirme. Me miró de arriba hacia abajo y quise decirle que estaba bien, que no había tenido ninguna herida.

Pero mentía, por que estaba herida en mi corazón. Por que estaba herida en todo mi cuerpo y mi alma. De solo verla allí, de esa forma. Atrapada entre dos grandes y macizas piezas de metal.

Eso me lastimaba. Hería mi cuerpo y mi mente, que como flashes, transmitía imágenes que yo no quería recordar.

Atormentaría mi mente para siempre.

Sus dientes, estaban manchados de sangre. Por su frente, corría un hilo de ella. Alzó sus manos hacia mí y me empujó fuera de aquel lugar.

Nunca supe cómo lo hizo. Yo estaba encajada entre dos piezas de ese mismo metal, pero ninguna me había tocado.

Su amor, fue el que me salvó. Fue esa sensación de desespero, de verme llorar y de gritar. De verme pedir auxilio.

Creo que fue todo eso, lo que terminó de darle la fuerza, para empujarme fuera de aquel lugar.

Me sonrió una última vez, mientras yo rodaba en el suelo y quedaba tendida boca abajo. Recuerdo que raspó mi labio, el roce de las piedrecillas del camino.

Intenté ponerme en pie, pero mi rodilla ardía fuertemente. Ella apenas pudo ladear su cabeza hacia mí y escuché el terrorífico sonido de su cuello. De aquellos huesos, que estaban por romperse.

Ella se moría. Lo podía sentir. Ella se moría con cada respiración que intentaba dar. Con cada vibración de su corazón.

Mis oídos zumbaban. Yo creía escucharla. Creía escuchar ese corazón latir. No recordaba haber sentido tanto miedo ni tanta desesperación, en mi corta vida. Y fue entonces, cuando ella al final, terminó diciéndome algo.

Terminó su vida, diciéndome algunas cosas que nunca creí escuchar, tampoco. Terminó diciéndome que caminara, que buscara ayuda y que me cuidara.

Que la vida no se terminaba, por que ella ya no estuviera a mí lado. Muchas no las comprendí, puesto que no paré de llorar, mientras la miraba en silencio. No paré de quejarme por mis heridas, aunque ella estaba peor.

Pero ella nunca se quejó. Ella continuó sonriéndome; hasta que murió debajo de aquellos metales, que la arrancaron de mí.

Justo en el peor momento de mi vida.

Cuando solo tenía edad para pensar que dos le seguía al uno.

Desde entonces, corrí sola por las calles. Viví sola por las calles. Tenía un brazo herido, lo sostenía con el otro.

Corrí entre los autos. Sin rumbo. Miraba a las personas que se detenían a hablarme, a tomarme de la mano.

Les temía a todas ellas, huía de todas ellas y no podía simplemente, detenerme a pedirles ayuda. Estaba desesperada.

Continué corriendo, continué corriendo hasta donde mis pies me llevaran. Ella murió bajo ese auto. Ella murió, por que la vida no nos quería.

No nos comprendía.

- ¿Y quién es?- dijeron al pasar. Yo no me detuve a pensar, solo continué corriendo. Con mis zapatitos desgastados.

- No lo sé, pero tenemos que ayudarla.

Sigue corriendo. Decía la voz en mi cabeza. Decía mi madre, aquella que había perdido en ese fatídico accidente.

Sigue corriendo…

No me detuve. No quise. No pude. Simplemente corrí hasta donde el camino terminara. Me detuve entonces, cuando ya mis piernas se quejaron, protestaron, en una estación. Estaba ya en los límites de otra ciudad.

Mi madre y yo, íbamos a vacacionar hacia una vida mejor. Sin embargo, el destino nos traicionó y terminó regresándonos al mismo lugar.

A la muerte de la que proveníamos. Queriendo escapar de esa guerra que no traía nada bueno, a nuestro hogar.

- ¿Estás perdida, pequeña?- me dijeron y yo alcé mi cabeza. Era un oficial de policía. Muggle.

Asentí. No sabía qué más decir. Me eché a llorar otra vez, estridentemente.

Acababa de perder a mi mamá, en un accidente y estaba sin protección. Acababa de quedarme huérfana y sin lugar a dónde ir.

¿A dónde iban a llevarme? Me quedé sentada en la estación, mientras el guardia me miraba una y otra vez.

Nunca le di mi nombre, no sabía deletrear bien. Me miró, inclinándose lentamente hacia mí y suspirando, acariciando mi cabeza.

- Hay un lugar muy bueno para ti- dijo, luego de un par de horas y yo dudé. ¿Me llevarían a mi hogar?

Pero no, me equivoqué una vez más. Tenía paredes largas y blancas, una mujer anciana que me sonreía y yo simplemente, la miraba sin pestañear.

- Se llama orfanato- me dijo y yo no comenté- ellos van a cuidarte, hasta que una familia pueda adoptarte y brindarte un hogar.

Ladeé mi cabeza y vi muchos niños, vi muchas personas que en mi vida, creí ver. Inspiré con fuerza, sin poder respirar de tanto llorar. Comencé a llorar de nuevo y aquella anciana, con su típico olor a talco. Todos huelen así, me parece. Me cobijó entre sus brazos y me sonrió con sus dientes amarillentos.

- Todo va a estar bien, cariño. Ya vas a ver.

Volví a quedarme en silencio y miré, lo que estaba enseñándome. Me quedaba a dormir en una habitación, compartida. Miré la vieja litera y tuve miedo. Parecía una especie de película de terror.

Pero no tenía más alternativa. No escaparía ni aunque quisiera. Miré a la niña que vivía conmigo. Era una niña mucho más alta y con largas trenzas. Su cabello negro, me hizo pensar muchas cosas.

Me recordó a mi mamá y su mirada, luego de verla allí. Sin vida, sin gracia, como una muñeca de trapo.

- Ella se llama Carol. Es una niña muy buena. Se harán amigas muy pronto.

- Hola- me dijo y yo, no dije nada- Mucho gusto. ¿Cómo te llamas?

- Eli…- dije, pero mi lengua se enredó entre mis explicaciones. Ella me sonrió suavemente y yo la miré con detalle.

- Hola Eli, es un placer que podamos compartir habitación. Espero que estés cómoda. ¿Qué cama quieres?

Miré la litera y pensé que mejor era quedarme abajo. No quería caerme y entonces, tenía miedos nuevos.

Las alturas era uno de ellos. Me sonrió y asintió, cuando yo señalé la cama de abajo, con una inspiración.

- Está bien, Eli. Bienvenida.

- Pórtense bien, mientras me despido del oficial.

Me quedé allí, sin decir nada. A lo largo del tiempo, comprendí que las cosas no iban a cambiar y que ese sería mi nuevo hogar.

Allí, me convertí en una persona diferente. No dejaba de pensar en mi madre, pero simplemente me vi obligada a cambiar.

Entonces, sentí que el mundo daba muchas vueltas. Sin embargo, siempre recordaba las palabras de mi madre.

Siempre tenían sentido para mí.

Huíamos de la guerra. Huíamos de una guerra familiar, que se cocía desde el seno de nuestro hogar. Pero eso no importaba.

Yo era feliz, junto a mi mamá.

Mientras estaba en el orfanato, descubrí un par de cosas. Descubrí que no estaba sola, ya que tenía amigos que con el paso del tiempo, pude aprender a querer.

Comenzaba a verle el placer a la vida.

Y fue allí donde crecí. Fue en ese orfanato, donde crecí. Nunca me adoptaron. El orfanato cerró y nunca me adoptaron. La anciana murió y nadie había heredado el establecimiento.

Pero cuando terminamos en la calle, ya yo había crecido. Yo ya había adquirido esas habilidades que necesitaba, para subsistir.

Tenía once años, cuando algo muy extraño pasó.

Un hombre mayor, me contactó. Me dijo que iría, que haría un viaje mágico y distinto. Que iría con lo que me correspondía.

Nunca lo entendí pero admito que su apariencia y sus palabras; me cautivaron. Guardé silencio y asentí sin dudarlo. Tomé su mano y con una sonrisa suya, desaparecimos por los cielos.

- ¿A dónde vamos? Pregunté y él me sonrió.

- Nos vamos a Hogwarts.

Hogwarts. No sabía que un lugar así, podía existir. Al mirarlo, simplemente me cautivó. Simplemente me hizo pensar, que el mundo real, se quedaba corto.

- Vamos- me dijo y yo asentí sin pensarlo. Me sentía tranquila en ese lugar. Suspiré al mirar los vastos campos y las enormes paredes de piedra.

Me quedé. Allí terminé quedándome. Me sortearon en una "casa". Y además, descubrí algo que no sabía.

Me había salvado del accidente, por usar magia inconscientemente, cuando era una pequeña niña.

Hubiese querido, que mi madre también fuera maga. Pero parecía, que solo había sido yo.

Conocí a muchos a lo largo de ese recorrido. Pero simplemente uno de ellos, cautivó mi atención.

Todos hablaban mal de él y solía escuchar las burlas que hacían en su contra. Nadie me explicaba cuál era el problema que tanto le veían, pero simplemente terminaban viéndoselo de una forma u otra.

Era un joven muy particular. Iba siempre solo y caminaba apresurado, como si lo persiguieran. En ese tiempo, iba acompañado de una joven de cabellos rojizos. Sin embargo, luego, supe que habían discutido.

Era muy singular. Tenía el cabello adherido al rostro y una mirada desconfiada. La primera vez que lo conocí, fue en los exteriores, cuando le habían jugado una broma, aquellos que llamaban merodeadores.

Pasó varias veces a mi lado, nunca dije nada y no tenía razones. No lo conocía. Con ese aire presuroso y su aspecto desaliñado.

No tenía una buena vida.

Severus Snape, me dijeron y yo traté de memorizarlo. Severus Snape, el niño de aquella esquina, que miraba a todos con un gesto de resentimiento.

- Sí serás tonta, queriendo saber acerca de él. Es un pobre diablo.

Muchas veces, lo miré en actitudes que no podía comprender. Estando en pleno auge de algo que crecía y fermentaba en los pasillos, él mismo tenía actitudes extrañas.

Lo llamaron guerra y simplemente, nos absorbió a todos en el mismo momento. Suspiré al pensar, que otro peligro, nos acechaba.

- Lo siento… - le susurré a algo con lo que había chocado, una noche en los pasillos. Se suponía que no debía deambular por ellos, pero no podía dormir.

- ¿Qué haces aquí?- Me dijeron y yo iba a hablar.- ¿No ves que no debes estar fuera a estas horas?

Cuando quise preguntar quién era, simplemente lo noté en el brillo de la luna. Tenía las mangas arremangadas y en uno de sus brazos, había un feo tatuaje.

- No podía dormir y necesitaba pensar. ¿Qué?

- ¡Silencio! Me dijo y tapó mi boca con una mano- No debes estar aquí en este momento. Me arrastró fuera de aquel lugar y me miró.

Esa fue la primera vez, que miré a Severus Snape a los ojos.

- Despierta de ese sueño que estás sumida. Elisei.

Abrí mis ojos y sonreí.

- Es lo único que recuerdo de mi vida. Lo demás, lo olvidé.

PD: Ya sé que mi problema son las comas. Soy terrible en eso T__T. Saludos

MariSeverus.


Última edición por Kirry el Lun 10 Ene 2011, 21:59, editado 1 vez (Razón : .)

MariSev
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Mensaje por Lady Baragui Jue 22 Abr 2010, 01:30

Hola, Mari.
Analizo la ortografía. Edito en cuanto lo tenga Wink

Hola, Mari.
Analizo la ortografía. Edito en cuanto lo tenga Wink ¡Listo!

Tu ortografía es bastante buena, colocas las tildes en su lugar y escribes correctamente las palabras. Por otro lado, tienes razón con respecto a las comas Wink, creo que hay una sobrepoblación de comas por aquí Smile

Pero no había nada que rodear, en su cuerpo.

Aquí, por ejemplo, podemos prescindir de la primera coma, pues no hay necesidad de separar la oración en ese punto:
Pero no había nada que rodear en su cuerpo.

Me sonrió una vez más, mientras yo trataba de entender, qué quería decirme.

Aquí suede lo mismo.
Me sonrió una vez más, mientras yo trataba de entender qué quería decirme.

Si lo dejas como está, con tantas comas por todos lados, la lectura se hace demasiado pausada para el propio bien del lector Wink
Un buen recurso para saber si estamos empleando correctamente las comas es leer en voz alta lo que se escribe, haciendo las pausas correspondientes ante la aparición de los signos de puntuación; de esta manera, uno mismo puede darse cuenta de cómo es que los lectores reciben en mensaje.

Y fue entonces, cuando ella al final, terminó diciéndome algo.

Y fue entonces cuando ella, al final, terminó diciéndome algo.

- Se llama orfanato- me dijo y yo no comenté- ellos van a cuidarte, hasta que una familia pueda adoptarte y brindarte un hogar.

Ahora viene el asunto de los guiones. Usas el corto (-), cuando lo correcto sería usar el guión largo, o raya (—), que se obtiene con la combinación "Alt+0151".

Básicamente se usan así:

—Diálogo.
—Diálogo —narración.
—Diálogo —narración—. Diálogo.
—Diálogo —narración—, diálogo.
—Diálogo —narración—: Diálogo.

Deben respetarse las mayúsculas y los espacios estipulados.
Hay otros casos aparte de estos, para mayor información sobre el uso de los guiones puedes visitar este link


—Se llama orfanato —me dijo, y yo no comenté—. Ellos van a cuidarte hasta que una familia pueda adoptarte y brindarte un hogar.

Y fue allí donde crecí. Fue en ese orfanato, donde crecí. Nunca me adoptaron. El orfanato cerró y nunca me adoptaron. La anciana murió y nadie había heredado el establecimiento.
Bueno, en este párrafo se nota una redundancia un poco molesta. Podrías emplear algunos sinónimos para eliminar este problema.

En fin, te recomiendo practiques un poco el uso de los signos de puntuación y los guiones largos Wink

Espero te haya servido mi ayuda Smile
De la trama no comento porque no he leído Harry Potter... Wink

¡Saludos!


Última edición por Lady Baragui el Jue 22 Abr 2010, 04:40, editado 1 vez (Razón : Dejar crítica)
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Fic sin nombre (Original) Empty Re: Fic sin nombre (Original)

Mensaje por MariSev Jue 22 Abr 2010, 01:50

Hola, gracias. ¿Podría alguien criticar la trama? Es que... Me da algo de vergüenza decir, por qué está hecho el fic. Pero hablará sobre el pre alzheimer de mi madre y bueno, no encontré otra forma de justificarlo, para no hablar de ella directamente.

Seguro quedó mal. Bueno no lo sé aún.

Espero esto no sea Spam. Y si lo es discúlpeme. Siempre me confundo y no sé cuál es el Spam, en los foros. Se me va el doble post.

Saludos y muchas gracias de nuevo.

MariSeverus.

MariSev
Invitado


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Fic sin nombre (Original) Empty Re: Fic sin nombre (Original)

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