Las noches favoritas de Kagome. Por: Belencitah

Era una noche bastante fría en la época antigua. Las nubes tapaban la brillante luna, el viento sacudía las hojas de los arboles sin descanso.
Una joven se encontraba debajo de un árbol, intentando dormir, eso si el frio se detenía.

—Ten, con esto estarás mas caliente. —Dijo el Hanyou dándole a Kagome parte de su ropa para taparla del cruel viento.

—Gracias… Inuyasha ¿tú no tienes frío? —Preguntó la joven aceptando el “cobertor improvisado” de su Inuyasha.

—Kagome no seas tonta, no soy un débil humano—Dijo Inuyasha alardeando de su lado bestial.

—Si, eso es verdad. —Concluyo la joven con una sonrisa, de esas características en ella— Gracias Inuyasha. Y dime ¿Por qué no puedes dormir? .

—Si puedo, pero alguien debe cuidarlos, Naraku aun sigue vivo, mientras él respire, yo no estaré tranquilo. —Comento Inuyasha, quien se veía algo cansado.

—Entonces me quedare a hacerte compañía… —Dijo la chica, levantándose del frio pasto, aun con la ropa del Hanyou cubriéndola. Con mucho cuidado de no despertar a Shippou, lo dejo en un costado, y se sentó a el lado del “orejas de perro”.

—Eso no es necesario, Kagome, se que estas cansada. Mejor vuelve a dormir —Dijo con voz firme, pero la joven pareció no escucharlo, o no hacerle caso, pues continuo acomodándose al lado de él.

—Dime, Inuyasha, ¿Te sentías solo en el pasado? —Esa pregunta quito de su mente cualquier pensamiento, para centrarse en ella, y en por qué hacía ese tipo de preguntas.

—…—

—Se que no te gusta hablar de eso… Pero… Anda puedes decirme, quiero conocerte un poco mas, Inuyasha— ¡Demonios! Ella era muy insistente.

—Pues si, si eres un demonio, las personas no te quieren, pero si otros demonios. Cuando eres un humano, los demonios te odian, pero no así los humanos. ¿Y yo en dónde encajo?... Ni las personas ni los demonios me quieren…

—Si, tienes razón… Debió haber sido muy duro para ti…

—Pues todo eso quedo en el pasado, todas esas personas me hicieron más fuerte… No necesito de nadie mas ahora… —Dijo el joven, dejando de lado su melancolía, para pasar a un tono que le sienta mejor, el alardeo.

—Sentirse solo no es debilidad, Inuyasha. Muestra que hay algo mejor en ti. Que no eres un simple demonio que asesina sin compasión. Tu tienes un corazón… —Dijo la joven objetando todo lo anteriormente dicho por el Hanyou.

—¿Y de que me sirvió? ¿Por mostrar que hay algo bueno en mi, alguien me hablo? ¿Alguien se me acerco? No, nadie. —Grito él, algo enfadado.

—Nosotros si, Inuyasha. A mi no me importa como eres ahora, es mas ¡me gustas así!, quisiera que te quedaras así para siempre y olvidaras eso de convertirte en demonio. —Replico Kagome, con lágrimas en sus ojos. A ella no le gustaba llorar, pero había ocasiones en las que no podía contenerse.

Inuyasha la miro lastimosamente, se sentía culpable, y si bien quería ser Demonio, no valía la pena el perder a sus amigos y perderla a ella.

—Lo sé, tú siempre estuviste para mi, Kagome. Recuerda esto: Yo siempre estaré para ti, ¿de acuerdo? —Dijo Inuyasha mirándola fijamente a los ojos.

Kagome solo asintió. Sin saber por qué, la joven abrazo fuertemente al Hanyou y le dijo: —Espero que no te olvides de mi cuando seas un demonio completo.

Inuyasha, correspondiendo el abrazo con todo su amor y sinceridad respondió: —Nunca podría olvidarme de ti, Kagome.

Ojala entendieras que aunque Kikyo fue parte importante en mi pasado, tu eres parte fundamental en mi presente, y espero que así sea en el futuro, Kagome. En realidad ahora no sé que es lo que quiero. Ser un demonio o a ti. En realidad si sé, solo quiero esperar para estar seguro, solo se una cosa, quiero quedarme siempre contigo. Luego de salir de sus pensamientos, Inuyasha observo a la joven que abrazaba, se había quedado dormida. Sonrió de costado y dijo: —No te pareces en nada a Kikyo pero… Así me gustas, Kagome —Lamentablemente, Kagome estaba muy dormida para escuchar, al fin podía dormir en paz, sabiendo que Inuyasha la protegería en la noche, y nunca dejaría que algo malo le pasara.
Aunque extrañara su cama, no había mejores noches que esas que pasaba con su amado Inuyasha.