Sacrificio Fraternal (Ouran Host Club High School)

Bien, necesito sus opiniones sobre este fic. Todo será bien recibido.



"Hikaru:

Los dos lados de un espejo, las caras de una moneda; eso somos, dos pedazos de un mismo ser. Iguales, pero al mismo tiempo diferentes, distintas esencias que se juntan para conformar una realidad. Nuestra realidad.

Nacimos juntos, y conforme paso el tiempo forjamos este lazo que nos une. Te amo y sé que me amas, nunca buscaríamos hacernos mal. Ambos preferimos sufrir por el otro y simplemente compartir el dolor. ¿Pero es esto lo correcto? Y aun más importante, ¿aun lo hacemos? Porque ahora todo cambió, fue ella la que lo cambió… Haruhi.

Cuando la conocimos, creíamos que era como las demás. Pero nos equivocamos. Ella logró hacer lo que los demás no pudieron. Nos unió más y al mismo tiempo creó este limbo entre nosotros. Poco a poco fue ganándose nuestra confianza, para después apoderarse de algo aun más importante para nosotros… nuestro corazón.

Veo como te le acercas, como la miras, como le hablas y sobre todo, como te alejas de mí para estar con ella. Pero no te preocupes, lo entiendo. Comprendo que ahora hay alguien más en tu corazón, yo estoy en el mismo dilema y para hacerlo más irónico, por la misma persona. Pero esto nos afectó más de lo que debía, un intruso se metió entre nosotros. Logró distanciarnos y hacer que el egoísmo y el deseo de que fuera nuestra naciera. Nuestra y de nadie más. No la compartiríamos con nadie, ni siquiera con nuestra otra mitad.

Sé que tú lo haces de forma inconsciente, pero aun así me duele ver que nos distanciamos. Y ahora compartimos un objetivo en común, buscamos lo mismo. Y tú aun no lo descubres, pero yo puedo verlo en tu mirada, no puedes ocultarle nada a tu otra mitad. Tu rostro, que es un reflejo del mio te delata. Aunque sé que si pusieras un poco más de atención, te quedaría claro. Tus acciones dicen mucho, pero aun no logras escuchar el mensaje que te tienen. ¿Aun te preguntas por qué tuviste celos la otra vez? ¿Por qué actuabas así en la cita que les organice? Y lo peor es que a partir de ese momento, te alejaste más.

Me duele ver que terminamos teniendo un pleito silencioso entre nosotros. Casi invisible, pues soy el único que lo ve, pero ahí esta. Al principio creí que me podía sacrificar y dejar que estuvieran juntos. Pensé que esta experiencia te serviría. Y aunque no estaba de la realidad, me disgusta el resultado… porque te alejaste de mí."

—Deben estar en su habitación. Nadie vio que salieran de ahí, además ordenaron que no los molestará —la voz de Tamaki era débil, la preocupación lo embargaba y tenía un mal presentimiento. Kaoru le había hablado hace una hora, diciéndole que los gemelos dejarían el club, pues tenían algo que hacer… juntos. No le había gustado la forma en la que había hecho énfasis en juntos, pero Kaoru no le dijo nada más. Ese día había planeado pasarlo con Haruhi, pero al recibir aquella llamada corrió hacia la mansión de los gemelos, razón por la que era la única que le acompañaba.

Frente a ellos se encontraban las puertas de la habitación de los gemelos y al ver que nadie respondía a su llamado, decidieron entrar. Dentro, todo parecía en calma. La gran habitación estaba alumbrada por los rayos del sol. Había varios muebles, todos con un toque elegante, propios de un rico. Pero ese silencio ocultaba algo, o era lo que él pensaba. Había algo que no le agradaba. Entró a la habitación dejando a Haruhi en la entrada. Necesitaba encontrar a Hikaru y Kaoru para preguntarles qué estaba pasando. Pero al llamarlos, no obtuvo respuesta, al parecer no estaba ahí. En un intento desesperado, se apresuró a buscar en el balcón. Sus pasos eran acelerados debido al nerviosismo que sentía. Pero una vez más no hubo respuesta alguna.

—Haruhi, ¿Encontraste algo? ¿Qué es eso que tienes en las manos? —comentó Tamaki al regresar a la habitación y encontrar a Haruhi absorta en un pedazo de papel. Pero no había tiempo para eso, a lo mejor estaban en la habitación, debía buscarlos mejor. Y al dar unos pasos, los encontró al fondo de la habitación.

En el fondo había una cama matrimonial donde descansaban los gemelos. Ambos debían de estar dormidos profundamente, pues no se despertaron, a pesar del ruido que había hecho Tamaki. Sus caras mostraban paz, de seguro debían de tener un buen sueño. Pero Haruhi sabía la verdad, las manchas carmesí en la carta lo daban por sentado. Las lágrimas amenazaban con salir, pero no las dejo vencer. Debía ser fuerte y evitar que Tamaki viera la cruda realidad de esa escena.

Intentó detener a Tamaki cuando este se acerco a los gemelos, pero no lo logró. Sólo esperó lo peor, al ver como Tamaki apartaba la sábana que cubría a sus amigos, en un intento de despertarlos.

La escena, que en otras circunstancias hubiera sido tierna, no hacía más que turbar sus mentes. Kaoru abrazaba a Hikaru de una manera protectora, como si no quisiera que se alejara de él. Pero había algo que no tenía que estar ahí. Sus cuerpos estaban cubiertos por el líquido vital, aquel que corrió por sus interiores incontables veces. No sabían de donde emanaba, pero eso ya no importaba. No podían hacer más, se habían ido.

Haruhi no podía soportar eso. Con la cara posada en el piso se volteó, dispuesta a alejarse de ese terrible lugar. No quería estar ahí, debía salir. Ella era la culpable, ella los había hecho tomar ese camino. Ella los había separado, pero ahora estaban juntos.

Fue entonces cuando la vio. Una segunda hoja estaba en el piso, muy cerca de donde había encontrado la primera. Y a pesar de que le dolía, quería saber cuál era el final de esa carta. Quería conocer si había hecho algún otro mal a los gemelos. Y cuando la terminó de leer, no pudo más. Las lágrimas brotaron una tras otra, precipitándose en el vacio.

“Yo lo arreglare, terminare de una vez con esto, el egoísmo dará paso a la unión. Este pleito llegará a su fin. Yo hare que llegue a su fin. Acabare con este sentimiento que pone una barrera entre nosotros y así volveremos a estar juntos, juntos otra vez.

Los dos lados de un espejo, las caras de una moneda; eso somos, dos pedazos de un mismo ser. Iguales, pero al mismo tiempo diferentes, distintas esencias que se juntan para conformar una realidad. Nuestra realidad.

Y este será nuestro Sacrificio Fraternal”