Dibujos Carmesí [Original]

Dibujos Carmesí

Pequeña inocente, esperando te encuentras en esta utopía que creaste para ti. Sumida en tus sueños reposas, anhelando por alguien con quien jugar. Deja tu cuarto pintado de rosa y sal a explorar ese mundo que has alejado con tus juegos y risas.

Niña vestida de puro blanco, con bucles de oro como corona, frágil princesa de este mundo irreal… Estoy frente a ti, sin saber cómo llegué, buscando solo respuestas a mí alrededor. Pero no es esto lo que encuentro, solo tu cara angelical, invitándome de alguna forma, que no te deje de hablar.

Pequeña… ¡Pequeña! Préstame atención y deja tu muñeca de porcelana a un lado. Niña con ojos de mujer ¿Qué es lo que te pasó? Tu mirada es extraña y tu piel muy pálida. ¿Cómo llegue aquí? ¿No hay algo que me quieras decir?

Veo que por fin me observas, escrutas mi rostro, como si buscarás algo. ¿Qué es lo que ves? Tus ojos brillan. Te acercas a mí y tomas mi mano. ¿Qué es lo que quieres, pequeña? ¿A dónde me llevas? Cruzamos juntos la habitación rodeando un caballo de palo y una construcción de cubos, ¿nuestro destino? El centro de la habitación.

¿Qué es lo que quieres? Tu mirada suplicante y un pequeño jadeo, producto de lo que yo creo es ansiedad, llaman mi atención. ¿Te gustaría que jugara contigo? Mmm… pero yo ya no sé cómo jugar, no recuerdo mis años de niño, esa época está muy distorsionada para mí. Tiras de mi mano con más fuerza. En fin… ¿Qué puede pasar? ¿Qué te gustaría hacer?

Muros rosados y animalitos de felpa nos escrutan mientras nos sentamos en la mitad de la habitación. Crayones, colores y pinceles esparcidos por doquier están a nuestro alrededor. ¿Eso es lo que quieres, pequeña? ¿Quieres que pintemos algo? Está bien, hagamos un lindo paisaje. Con un prado, ríos y una pequeña cabaña; con nubes como algodón y millones de flores multicolor…

¿Te parece si empecemos de una vez? Primero usemos un poco de azul para el cie… ¿Qué sucede? ¿Por qué no me dejas tomar el tarro? ¿Acaso no te gusta el azul? Yo creo que es un color muy bonito, ¿No? ¿Entonces cuál quieres usar? Por tu sonrisa veo que tienes una idea ¿Un frasco rojo? ¿Pintura roja? ¿Es esa la que quieres que utilicemos? Porque no, el rojo también es un lindo color. Pero hay un problema, pequeña. El frasco está vacio.

¿Pequeña? ¿En dónde te metiste? ¿Es que ya no quieres jugar conmigo? Tu risa rompe el silencio, que melodiosa es, pero aun no logro saber dónde estás. Recorro la sala buscándote entre los muñecos y las sillitas cuando algo llama mi atención. En las paredes cuelgan diversos dibujos, todos de un mismo color: rojo. Ahí hay un oso, ese de allá tiene una casa, este de aquí es una flor. Son tantos que no los puedo ni contar… Creo que ya sé dónde quedo toda la pintura roja.

De repente algo roza mi espalda, ¿es acaso este un nuevo juego? Tapas mis ojos con tus níveas y suaves manos, soltando una risita, demostrando tu emoción. No dudas ni un segundo, ya quieres comenzar, con lo que me parece es, tu juego favorito.

Descubres mis ojos, pero cuál es mi sorpresa, al descubrir una daga oculta en tu muñeca. Y sin dudarlo ni un segundo, comienzas a atacar. Una a una, las estocadas destrozan mi torso, mientras las gotas carmesí se escurren por mi cuerpo. Tu frasco vacio se comienza a llenar. Muros rosados es lo único que puedo mirar, y al cerrarse mis ojos, comienzas a reír. Niña risueña, parece que tu trabajo sólo acaba de comenzar. Recorres la habitación, buscando tu bien más preciado. Un pequeño chillido de emoción se apodera del silencio.

¿En tus manos? Un pincel. ¿Tu destino? La mesita del rincón. No necesitas nada más, así que comienzas a trabajar. Empeño no te falta, trabajas arduamente, sin pausas, sólo pintando. Un suspiro se forma en la comisura de tus labios, nadie jamás oirá ese ruido que indica que por fin has terminado.