Carta, el valor de la crítica y autocrítica

Sin duda, uno de los mayores errores, a parte, claro esta, de los ya nombrados (dígase, ¿Mary Sue?, etc.) es el no valorar la importancia de la crítica, y por sobretodo, la autocrítica, ¿cómo sabemos que nuestras ideas no son una porquería, que no son algo trillado, que parece buena, tanto, que es igualita a una que ya leí en otro lado?, creo que la herramienta fundamental para evitar este tipo de errores es escuchar a conciencia y con la mano en el corazón, aunque nos duela, lo que el resto tiene que decir de nuestra obra.

Como me decía un profesor a menudo cada vez que corregía en taller gráfico: “sí, se que tu trabajo te parece bueno, pero, ¿Qué quieres representar con él?, ¿Cuál es la función real de esa línea ahí?, esta bien, se ve bonito, pero bonito no es igual a algo bueno, no tiene fundamento, no tiene lógica, por lo tanto, sobra. Ahora, no llore y mírelo como si ese trabajo no fuera suyo, despréndase de él, no lo vea como un hijo, véalo como un huérfano, verá que tengo razón en lo que le digo”.

Internamente uno intuía que lo que quería decirte, simple y llanamente, era que tu trabajo era una porquería, vamos a ver los otros.

Carta hipotética a tallerista indecisa

Protestás, mi querida, porque, después de la corrección que hicimos juntos, tu texto no parece escrito por vos, "no nació así". Y, de paso, anunciando que no te darás por vencida, paradójicamente me pedís tolerancia. Te aclaro que no hay correcciones tolerantes ni intolerantes. Intenciones aparte, nos es necesario interpretar, de la mejor manera, lo que el propio texto pide que le hagamos.

Comprendo tu sentimiento: durante el proceso de escritura encontrás múltiples oportunidades en que el cuento quiere tomar otros rumbos. Y eso mismo sucede, muchas veces, a la hora de corregir. Lo mejor, creo, es seguir al relato discretamente y ver adónde va.

El acto creador, el momento en que no nos alcanzan los dedos para escribir lo que fluye de nosotros, es mágico, maravilloso. Parimos un hijo y nos ahoga el amor. La pregunta es: ¿dejaremos librada a esa criatura a la buena de Dios, o le daremos las mejores oportunidades? ¿Lo proveeremos -padres amorosos-, de las herramientas y los recursos para que crezca en sana fortaleza, o dejaremos que se las arregle solo, espontáneamente y como pueda? Un adulto no nace adulto. Y se parece muy poco al bebé que fue.

Un escritor como Hemingway viene a cuento: era uno de los campeones de la corrección; como Borges, Cortázar y otros miles, podía escribir y reescribir una misma frase cincuenta veces sin rendirse, sin darse por satisfecho. Ningún padre, ningún autor responsable, enamorado de su arte, descuida esta tarea. No deja las cosas "como nacieron".

Desde luego, el texto es tuyo. Sos libre de hacer con él lo que prefieras. Me parece excelente que no te des por vencida con facilidad, un escritor necesita ser tenaz.

Pero mi opinión es: dale al texto -date a vos misma- permiso para experimentar. Son incontables las ocasiones en que, de manera insospechada, aparece un cuento "dormido" dentro de otro. Y en ese desbrozar la maleza, también hay creación y gozo.

Si escribir es fundir oro en un molde, corregir es sacar las rebabas, abrillantar, engarzar las gemas. Y para eso hay técnicas que son de uso diario en todo buen taller de escritura.

Te propongo que las aprovechemos entre los tres: vos, tu cuento y yo.



Por Marcelo Choren

Fuente: www.elaleph.com

MiA escribió:¡Me emocioné!  

Alabanzas para el Sr. Luis Cattenazzi...

Y creo que no exagero, realmente ese texto explica lo que por mucho tiempo trato de hacer entender a estos autores que a diario critico.

Hasta yo misma no me veo conformes con mis fics, porque probablemente me falta mucho por mejorar.

Seria ideal que todos leyeran y comprendieran las palabras aquí escritas, así no existirían malos escritores, solo imperfectos tratando día a día mejorar, aceptando críticas objetivamente.

Pero es algo utópico como la sociedad perfecta en un mundo feliz

Sin embargo creo que este hombre logró captar algo que yo aún creo no haber hecho, si bien todo esto lo tengo claro en mi cabeza, estos ejemplos tan cotidianos, como lo de un hijo o de una escultura, logran describir, esclarecer, lo que en mi mente ronda.
En otras palabras creo que no hay mejor manera de decirle aun badficker como mejorar, que esta.

Si tan solo no hubiera escritores tan arrogantes que creen que con solo escribir lo primero que les viene a la mente, es perfecto, porque proviene de ellos; no digo que esté mal, pero como ese texto dice, no basta con crear, hay que afinar detalles, utilizar técnicas, lograr dejar lo mejor posible la idea, y así será mucho mejor que la inicial.

Grandioso texto, realmente me gustó. Gracias por traerlo Luna ^^

Astarot escribió:Todo puede ser sometido a revisión. Recuerdo que García Márquez afirmaba que cuando agarraba el libro "Cien años de Soledad" era peligroso que le dieran un bolígrafo, porque siempre tachaba frases y las cambiaba por otras.

Puede que uno esté muy satisfecho de su trabajo, pero eso no quiere decir que es el fin del mismo, si apenas comienza.

Luna escribió:Hay una frase de García Márquez que tan sencilla, dice mucho:
"Nunca releo mis libros, porque me da miedo".