"Sin nombre" Naruto
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"Sin nombre" Naruto
Bien estoy trabajando en un fic Au de Naruto tomando elementos de los fillers, asi que nesecito ayuda en las descripciones y la ortografia, además solo manejaba las comillas para los dialogos y creo que ando algo enredado con los guiones, bueno eso es lo principal por ahora.
***
“¿Nunca aprenden? ¿Verdad?”
La pregunta cayo en nada mientras una pequeña nube de humo se formaba en la colina, una de las extrañezas del mundo ninja, como un hombre crecido puede transmutar su imagen a la de una chiquilla preadolescente.
—No — respondió el hombre de forma tranquila, su voz perdía ímpetu al igual que su forma física — Nunca atraparon a todos los seguidores de Dotoh, con los recursos del opio y sus naves militares era cuestión de tiempo que intentaran algo como esto, Yuki se encuentra realmente enojada, debemos recuperar a la familia de la gobernadora… si viven.
— Ordené a Isabiri que atrapara a algunos de los oficiales, Yakumo esta interesada en tomar el control de su organización y usarlas para nuestras operaciones.
La mujer miraba con curiosidad el resultado de la transformación, resultaba casi un insulto para un militar entrenado que su mejor arma de asedio, vistiera un traje de negocios y gafas oscuras en medio de la noche.
— Raro, incluso para mí — Ella agrego al tiempo que desenvaino un juego de dagas.
— Útil, realmente — Ella o él sonrió por un momento — Para venir de una mujer que usa un casco con alas es algo hipócrita ¿sabes?
— Es el uniforme tradicional de las vigilantes, sin importar el tiempo o las humillaciones recibidas. Somos fieles a nuestra patria y tradiciones.
— Calma, que ya es hora…
No termino la última palabra cuando una llamarada inmensa se levanto a la distancia, esa era su señal. Isabiri atacaría el puerto a la medianoche su transformación en monstruo era un activo realmente útil, era indetectable y su afinidad sobrenatural al fuego le permitía diezmar un ejercito completo en minutos.
— ¡No perdamos el tiempo! — grito ella mientras abandonaba su escondrijo.
La explosión tuvo el efecto deseado, toda la guardia del castillo entro en estado de alarma, cosa que facilitaba mucho el despacharlos a mejor vida, la orden de la reina Yuki era clara “que no quede nadie con vida”
Cuando la puerta del castillo era visible a la distancia, la mujer más pequeña se adelanto usando el impulso extra para consolidar su ataque, solo empujo un puño cargado de chakra en los bordes metálicos. Un poderoso arco de luz emano del metal y deshizo la puerta en pedazos.
— Solo control de chakra — Dijo la mujer más baja mientras contemplaba dentro del patio, estaban rodeadas de enemigos.
— El metal corta la carne, mi elección personal.
— ¡Acábenlas! — Gritaron los hombres, otros aun sorprendidos por lo atrevido y por demás estúpido modo de entrar por la puerta principal se encontraban sin saber que hacer.
La figura blindada no perdió el tiempo, unos par de giros rápidos le permitió acaba con una porción significativa de enemigos. Las dagas bañadas en sangre destellaban con la luz de las antorchas.
—Por sus crímenes contra el país de la nieve, les condeno a muerte.
— Daibakuha — grito la figura más pequeña creando docenas de copias de ella misma.
Cuando una de las copias era destruida, estallaba matando instantáneamente al atacante, no pasó mucho tiempo antes de que trozos de cuerpos desgarrados por las explosiones formara un lodo sanguinolento en el piso.
— Iré a la torre, me encargare del líder. Busca a las hijas de la gobernadora, no deben tener evadidos custodiándolas.
— Entiendo.
En su mente Naruto tenia una imagen del castillo y su disposición, una serie de fortificaciones como esta, dispersas en zonas estratégicas fueron construidas paras mantener a raya a las bandas de ladrones.
De momento solo encontró algunos gamberros armados con ballestas, o esos sujetos que agitaban katanas jugando al samurai. Nada difícil de esquivar o matar, pero en algún lugar un grupo de ninjas esperaba, la vigilante no tendría problemas su armadura le protegía de casi todo.
Él por otra parte, o le pasaban una de dos cosas. Los ninjas estaban protegiendo al causante de toda esta situación o Isabiri se los esta despachando en el muelle, cosa le restregara en la cara quien sabe por cuanto tiempo.
“Si rescata los barcos intactos, se divertirá jugando a la pirata”
— ¿Sabes?, haces mucho ruido para ser un shinobi — recrimino la muchacha, la burla era evidente en su tono de voz, algo prepotente.
— ¿Qué puede saber una niña de los shinobi? — pregunto él, seguro de su victoria.
— Me habrías matado sin pensarlo — ella volteó — No necesito pensar mucho para saber que pasa en tu cabeza “una pequeña presa fácil para divertirme por un tiempo” ¿Estoy en lo correcto?
La tierra se sacudió en las profundidades del castillo, la vigilante encontró un gran número de enemigos atravesados, el poco espacio le prohibía maniobrar su estilo habitual de combate, para su fortuna, aquellos pobres hombres no estaban entrenados para estas situaciones. ¿Quién en su sano juicio usaría una katana en un pasillo de un metro de ancho?
El repugnante olor a humedad y moho no ocultaron un rastro de sangre, inadvertidamente aumento la carrera, algo no estaba bien, negociaban a las rehenes por su salida de los libros de recompensas de los otros países.
De un potente salto abandono el pasillo, maniobrando en el aire desenfundo un grupo de kunais que arrojo en todas direcciones, era su danza de las cuchillas. Toda su concentración se encontraba en los sonidos, el silbido del metal que cruzaba la habitación, la ropa rasgada y aquel desagradable goteo de una herida abierta.
Dos de aquellos hombres trataron de apuñalarla, usando la fuerza bruta sobre la habilidad lograron golpearla contra un muro. Para desaparecer en el aire, como si nunca hubiera estado en primer lugar.
— No tengo tiempo para ustedes. ¡Mueran ya!
Al fin no quedaba nadie que le incomodara, si solo pudiera asegurarse el transporte de las muchachas, los animales capaces de transporta a un ser humano eran tan grandes como un caballo, totalmente inútiles en un área cerrada y estrecha.
“Diablos, Naruto me trampeo de nuevo”
Tampoco salir sin refuerzos era buena idea, las escaleras eran un punto ideal para una encerrona y, cargando a dos personas, si definitivamente será una incomodidad. Pero primero necesita las llaves de las celdas.
— Monstruo.
— Eres un maldito monstruo…
Aquella cosa, no era humana. Su taijutsu era inútil, siempre con una mano adelante lograba asestar patadas devastadoras, era casi seguro que se estaba desangrando cada golpe que ella le daba poseía una fuerza inhumana, con solo ver aquella mueca deforme en su rostro él se conocía perdido.
— Soy una tierna niña con marcas de barba y coletas ¿No lo ves? Digo nya cuando termino de decir “estas perdido nya” — caminaba lentamente saboreando la desesperación del hombre caído — Sayonara.
Es sencillo romper el cuello, con un movimiento limpio y certero. Le deja abandonado en el piso mientras escuchaba varios pasos que venían en su dirección. Un pequeño grupo de ninjas descendieron las escaleras alarmados por la batalla, las vendas en la frente estaban rayadas a la mitad, aunque su apariencia harapienta confirmaba el hecho de que escatimaban en sus hombres, pobremente entrenados el que conquistaran la isla era obra de la suerte más que de otra cosa.
Naruto sonrió por un momento, recordando su propia imprudencia suicida. Los boquetes ardientes causados por los jutsus de fuego iluminaban levemente el cuarto, creando la ilusión de ser un ente malévolo, cosa que no era mentira del todo, sus cabezas valen dinero y este era el motivo de venir para acá.
— Kage bushin — murmuro tras chasquear los dedos, media docena de replicas se lanzaron como una jauría de lobos, coordinando sus movimientos atravesaron la habitación sin sufrir perdidas, sirviendo de distracción Naruto uso un juego de pergaminos explosivos antes de abandonar el cuarto.
Solo un par de pisos arriba. Las habitaciones principales eran más limpias y “lujosas” en la medida que lo es un fortín militar, la madera pulida adornada con telas de coloridos diseños era una muestra del cambio de ambiente entre una habitación y otra.
— El hogar de la gobernadora, tiene buen gusto — dijo en voz alta, aunque no hubiera nadie cerca, si destruía todo el lugar las reparaciones saldrían de su paga, cosa que no le llamaba especialmente la atención, si seguía el cliché del gran villano estaría en la parte más alta de la torre aguardando en plan de jefe final.
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“¿Nunca aprenden? ¿Verdad?”
La pregunta cayo en nada mientras una pequeña nube de humo se formaba en la colina, una de las extrañezas del mundo ninja, como un hombre crecido puede transmutar su imagen a la de una chiquilla preadolescente.
—No — respondió el hombre de forma tranquila, su voz perdía ímpetu al igual que su forma física — Nunca atraparon a todos los seguidores de Dotoh, con los recursos del opio y sus naves militares era cuestión de tiempo que intentaran algo como esto, Yuki se encuentra realmente enojada, debemos recuperar a la familia de la gobernadora… si viven.
— Ordené a Isabiri que atrapara a algunos de los oficiales, Yakumo esta interesada en tomar el control de su organización y usarlas para nuestras operaciones.
La mujer miraba con curiosidad el resultado de la transformación, resultaba casi un insulto para un militar entrenado que su mejor arma de asedio, vistiera un traje de negocios y gafas oscuras en medio de la noche.
— Raro, incluso para mí — Ella agrego al tiempo que desenvaino un juego de dagas.
— Útil, realmente — Ella o él sonrió por un momento — Para venir de una mujer que usa un casco con alas es algo hipócrita ¿sabes?
— Es el uniforme tradicional de las vigilantes, sin importar el tiempo o las humillaciones recibidas. Somos fieles a nuestra patria y tradiciones.
— Calma, que ya es hora…
No termino la última palabra cuando una llamarada inmensa se levanto a la distancia, esa era su señal. Isabiri atacaría el puerto a la medianoche su transformación en monstruo era un activo realmente útil, era indetectable y su afinidad sobrenatural al fuego le permitía diezmar un ejercito completo en minutos.
— ¡No perdamos el tiempo! — grito ella mientras abandonaba su escondrijo.
La explosión tuvo el efecto deseado, toda la guardia del castillo entro en estado de alarma, cosa que facilitaba mucho el despacharlos a mejor vida, la orden de la reina Yuki era clara “que no quede nadie con vida”
Cuando la puerta del castillo era visible a la distancia, la mujer más pequeña se adelanto usando el impulso extra para consolidar su ataque, solo empujo un puño cargado de chakra en los bordes metálicos. Un poderoso arco de luz emano del metal y deshizo la puerta en pedazos.
— Solo control de chakra — Dijo la mujer más baja mientras contemplaba dentro del patio, estaban rodeadas de enemigos.
— El metal corta la carne, mi elección personal.
— ¡Acábenlas! — Gritaron los hombres, otros aun sorprendidos por lo atrevido y por demás estúpido modo de entrar por la puerta principal se encontraban sin saber que hacer.
La figura blindada no perdió el tiempo, unos par de giros rápidos le permitió acaba con una porción significativa de enemigos. Las dagas bañadas en sangre destellaban con la luz de las antorchas.
—Por sus crímenes contra el país de la nieve, les condeno a muerte.
— Daibakuha — grito la figura más pequeña creando docenas de copias de ella misma.
Cuando una de las copias era destruida, estallaba matando instantáneamente al atacante, no pasó mucho tiempo antes de que trozos de cuerpos desgarrados por las explosiones formara un lodo sanguinolento en el piso.
— Iré a la torre, me encargare del líder. Busca a las hijas de la gobernadora, no deben tener evadidos custodiándolas.
— Entiendo.
En su mente Naruto tenia una imagen del castillo y su disposición, una serie de fortificaciones como esta, dispersas en zonas estratégicas fueron construidas paras mantener a raya a las bandas de ladrones.
De momento solo encontró algunos gamberros armados con ballestas, o esos sujetos que agitaban katanas jugando al samurai. Nada difícil de esquivar o matar, pero en algún lugar un grupo de ninjas esperaba, la vigilante no tendría problemas su armadura le protegía de casi todo.
Él por otra parte, o le pasaban una de dos cosas. Los ninjas estaban protegiendo al causante de toda esta situación o Isabiri se los esta despachando en el muelle, cosa le restregara en la cara quien sabe por cuanto tiempo.
“Si rescata los barcos intactos, se divertirá jugando a la pirata”
— ¿Sabes?, haces mucho ruido para ser un shinobi — recrimino la muchacha, la burla era evidente en su tono de voz, algo prepotente.
— ¿Qué puede saber una niña de los shinobi? — pregunto él, seguro de su victoria.
— Me habrías matado sin pensarlo — ella volteó — No necesito pensar mucho para saber que pasa en tu cabeza “una pequeña presa fácil para divertirme por un tiempo” ¿Estoy en lo correcto?
La tierra se sacudió en las profundidades del castillo, la vigilante encontró un gran número de enemigos atravesados, el poco espacio le prohibía maniobrar su estilo habitual de combate, para su fortuna, aquellos pobres hombres no estaban entrenados para estas situaciones. ¿Quién en su sano juicio usaría una katana en un pasillo de un metro de ancho?
El repugnante olor a humedad y moho no ocultaron un rastro de sangre, inadvertidamente aumento la carrera, algo no estaba bien, negociaban a las rehenes por su salida de los libros de recompensas de los otros países.
De un potente salto abandono el pasillo, maniobrando en el aire desenfundo un grupo de kunais que arrojo en todas direcciones, era su danza de las cuchillas. Toda su concentración se encontraba en los sonidos, el silbido del metal que cruzaba la habitación, la ropa rasgada y aquel desagradable goteo de una herida abierta.
Dos de aquellos hombres trataron de apuñalarla, usando la fuerza bruta sobre la habilidad lograron golpearla contra un muro. Para desaparecer en el aire, como si nunca hubiera estado en primer lugar.
— No tengo tiempo para ustedes. ¡Mueran ya!
Al fin no quedaba nadie que le incomodara, si solo pudiera asegurarse el transporte de las muchachas, los animales capaces de transporta a un ser humano eran tan grandes como un caballo, totalmente inútiles en un área cerrada y estrecha.
“Diablos, Naruto me trampeo de nuevo”
Tampoco salir sin refuerzos era buena idea, las escaleras eran un punto ideal para una encerrona y, cargando a dos personas, si definitivamente será una incomodidad. Pero primero necesita las llaves de las celdas.
— Monstruo.
— Eres un maldito monstruo…
Aquella cosa, no era humana. Su taijutsu era inútil, siempre con una mano adelante lograba asestar patadas devastadoras, era casi seguro que se estaba desangrando cada golpe que ella le daba poseía una fuerza inhumana, con solo ver aquella mueca deforme en su rostro él se conocía perdido.
— Soy una tierna niña con marcas de barba y coletas ¿No lo ves? Digo nya cuando termino de decir “estas perdido nya” — caminaba lentamente saboreando la desesperación del hombre caído — Sayonara.
Es sencillo romper el cuello, con un movimiento limpio y certero. Le deja abandonado en el piso mientras escuchaba varios pasos que venían en su dirección. Un pequeño grupo de ninjas descendieron las escaleras alarmados por la batalla, las vendas en la frente estaban rayadas a la mitad, aunque su apariencia harapienta confirmaba el hecho de que escatimaban en sus hombres, pobremente entrenados el que conquistaran la isla era obra de la suerte más que de otra cosa.
Naruto sonrió por un momento, recordando su propia imprudencia suicida. Los boquetes ardientes causados por los jutsus de fuego iluminaban levemente el cuarto, creando la ilusión de ser un ente malévolo, cosa que no era mentira del todo, sus cabezas valen dinero y este era el motivo de venir para acá.
— Kage bushin — murmuro tras chasquear los dedos, media docena de replicas se lanzaron como una jauría de lobos, coordinando sus movimientos atravesaron la habitación sin sufrir perdidas, sirviendo de distracción Naruto uso un juego de pergaminos explosivos antes de abandonar el cuarto.
Solo un par de pisos arriba. Las habitaciones principales eran más limpias y “lujosas” en la medida que lo es un fortín militar, la madera pulida adornada con telas de coloridos diseños era una muestra del cambio de ambiente entre una habitación y otra.
— El hogar de la gobernadora, tiene buen gusto — dijo en voz alta, aunque no hubiera nadie cerca, si destruía todo el lugar las reparaciones saldrían de su paga, cosa que no le llamaba especialmente la atención, si seguía el cliché del gran villano estaría en la parte más alta de la torre aguardando en plan de jefe final.
Himp- Crítico sin remedio
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Fecha de inscripción : 22/05/2008
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