Sedúceme si puedes.
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Sedúceme si puedes.
Antes que nada he de decirles que al principio me desagradaba mucho lo que hacían en este foro como todo la mayoría de los internautas que se topan con esta página por primera vez... hasta que por fin sentí mucha empatía al ver la terrible falta de cultura en el habla hispana (Y eso que no es sólo en el internet). De que si funciona ser duros con los autores como para hacerles sentir perseguidos por la ley de FF.net lo desconozco, pero agradezco que haya visto en algunos de ustedes muy buenas intenciones para ayudar a mejorar a los que de veras les interesa, y esto es lo que me atrae aquí.
Como soy el único lector de mis historias, la redacción es algo que me golpea una y otra vez (por no decir mis problemas gramaticales), la coherencia pienso que está bien, y en cuanto a calidad del la trama, bueno... ustedes tienen todo el derecho a opinar, pues a fin de cuentas dedico mis historias a los lectores en general.
En fin... aquí está:
A decir verdad no sé si tenga madera para esto, pero se lo dejo a su experimentado juicio. Gracias de antemano.
Como soy el único lector de mis historias, la redacción es algo que me golpea una y otra vez (por no decir mis problemas gramaticales), la coherencia pienso que está bien, y en cuanto a calidad del la trama, bueno... ustedes tienen todo el derecho a opinar, pues a fin de cuentas dedico mis historias a los lectores en general.
En fin... aquí está:
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Venecia
Una lluviosa mañana en los casi desbordados canales de Venecia, el pueblo celebró con cantos y bailes la abolición de la desesperada medida que la policía solicitó al gobierno italiano para cancelar el carnaval.
Nadie culpó a la policía por haber pedido tal insulto para Venecia, pues el pueblo sabía que ya habían sido cinco años consecutivos desde que comenzaron los robos cometidos por un hombre tan astuto y tenaz, que inclusive logró burlar a la policía internacional. Ello lo rodeó de historias y leyendas que la gente comenzó a contar, en particular entre las mujeres, pues decían que este controversial personaje había nacido para complacer a cualquier mujer que deseara para luego desaparecer, llevándose consigo algo más que un objeto.
Un hombre con la capacidad de “llevarte al infierno para terminar en el cielo”, y lo que más llamó la atención: El inimaginable rostro que oculta detrás de sus variadas máscaras que lo llevaron a ser conocido como “el Arlequín”.
Si las mujeres estaban confusas por saber qué pensar del Arlequín, los hombres lo estaban más, pues no sabían si odiarlo con todas las ganas o respetarlo por haberse ganado un lugar muy alto en el mundo de la seducción. Aquél respeto se hizo patente desde el momento en el que el antihéroe sedujo a una famosa actriz andrógina y auto declarada lesbiana que terminó por volverse heterosexual, el año pasado.
Todo el mundo estaba emocionado por el carnaval, no solo por el Arlequín, si no por los inesperados eventos que el pueblo veneciano preparó para la ocasión. Según entendían los turistas, la temática tenía que ver con la lluvia y las eventualidades de la época como la Vogalonga o el agua cristalina que inunda la piazza San Marco cada año.
Hablando de la temporada de lluvias, aquella mañana el cielo estaba tan negro que era difícil saber si todavía era de noche por el espesor de nubes, y por si tenías la osadía de asomar tu cabeza por la ventana, te esperaba un terrible estruendo de relámpagos seguido de una balacera de hielo del tamaño de canicas. Como es lógico, cada quien andaba en lo suyo: los turistas empleaban el tiempo terminando de preparar sus disfraces, mientras que la mayoría de los venecianos celebraban fiestas de pre-inauguración para practicar su música, baile y otros espectáculos que mostrarían más adelante.
El problema era que el pueblo veneciano estaba tan ocupado en sus asuntos que nadie pudo notar que una desamparada jovencita huía por los puentes de la sestiere de Cannareggio dispuesta a irse a casa después de una decepcionante fiesta. La lluvia era tan fuerte que no se podía apreciar ni una onda en el agua turbada de los canales, así que el estar ahí, si quiera unos segundos, ya resultaba bastante doloroso, y para empeorar la suerte de la joven, casi todos los establecimientos estaban cerrados. Ella se mojó tanto que por un instante se arrepintió de haberse alejado de la fiesta sin paraguas, ni nada para taparse, pero luego recordó los estribos de su novio irritado limitándola a pensar solo en su huída. Un estornudo la devolvió al presente y se llevó las manos a los antebrazos para calentarse, pero se detuvo al descubrir que el granizo ya no le caía.
—Esto sí es inesperado —dijo una pronunciada voz.
Ella se dio la vuelta de golpe para descubrir que estaba a la sombra de un paraguas sostenido cuyo dueño vestía a rombos de diferentes tonalidades de azul que fácilmente se perdían en el pintoresco paisaje. Llevaba un gorro de cascabeles y plumas exóticas que le rodeaban su fina máscara sonriente.
No estaba segura si debía de agradecer o no, por lo que se limitó a contestar:
—¿Q-qué es inesperado? —preguntó tambaleante.
—Depende de la perspectiva de un tercero. ¿Un enmascarado disfrutando de la lluvia o una valiente mujer corriendo sin protección alguna? —bromeó pausadamente.
A la joven se le escapó una media sonrisa.
—No soy así de valiente.
—El hecho de que estés aquí demuestra lo contrario.
—…Estaba huyendo —confesó desviando la mirada.
El enmascarado se le acercó con disimulo para ver de manera teatral a los lados.
—Yo no veo ningún rufián aparte de mí.
—No —rió con timidez—, es que… —se interrumpió al volver a asimilar las palabras del hombre. De repente notó lo cerca que estaba su máscara, por lo que retrocedió temblorosa.
—Usted es ese hombre ¿verdad? Al que todos buscan por los robos… —confirmó asustada de comprender la identidad del hombre.
El enmascarado rió sin abrir los labios.
—A todos nos buscan por razones distintas, señorita —contestó sin inmutarse.
Ella dio un paso hacia atrás, quería correr, pero sus piernas no respondían, ya fuera por el miedo, el frío o algo más.
—¿Qué es lo que temes que haga? —agregó mientras un trueno iluminaba sus penetrantes ojos claros.
—N-no lo sé… usted es un peligroso ladrón… —balbuceó apenas.
El Arlequín rió de nuevo.
—Peligro… —Enfatizó divertido—. El peligro no es más que una restricción que nos impide expandir nuestras fronteras de cosas que siempre quisimos hacer, pero la sociedad misma lo reprime porque funciona con miedo —hizo una pausa—. Tú eres más ladrona que yo.
Repentinamente, la joven dejó de temblar, y con la voz ronca pero decidida, contestó:
—¿Qué quiere decir?
—Adivínalo —desafió clavando sus pupilas encendidas de deseo sobre las de ella.
No hubo respuesta, pues sus pensamientos de advertencia sonaban cada vez menos, así que no notó cuando el Arlequín le rodeó la cintura con un brazo.
—No llegaste hasta aquí por casualidad, llegaste hasta aquí por desafiar al miedo que te reprime en busca de algo mejor —susurró en su oído.
—Y-yo… yo… —apenas eran audibles sus acelerados gemidos, hasta que se vieron interrumpidos por el brusco acercamiento del rostro del Arlequín al suyo. Su respiración era tan cálida y tan tranquila, que pudo sentirla recorrer cada centímetro de su cuerpo.
—Y la recompensa de enfrentarte al peligro solo la puedes descubrir viviéndola en carne propia —la invitó como si sus palabras fueran lo único en el mundo que importara, mientras la rodeaba hasta más allá de la mejilla con su masculina mano.
Justo antes de que el Arlequín retirase parte de su máscara, la joven fundió sus labios con los de él, perdiéndose en su mirada de zafiro.
Cuando se hizo pública la noticia de que el carnaval había regresado la policía veneciana cumplió su amenaza de dimitir a sus cargos, provocando así, varios ascensos para los que se quedaron y nuevas vacantes para novatos que oscilaban entre los dieciocho y treinta años. Sin duda alguna, la policía veneciana estaba en una auténtica crisis, por lo que el gobierno no tuvo otra alternativa más que nombrar a Angelo Berlusconi como el jefe de policía más joven que haya tenido el Commissariato Di P.S. San Marco.
Bastaba con mirar su aspecto para adivinar su carácter: pulcro, fornido, peinado firme y bien uniformado de negro, así como sus ojos de ámbar que solo reflejaban determinación. Muchos de sus conocidos decían que tendría muchas mujeres tras de él si tan solo…
—¡¡Ya empezó el primer robo y ni siquiera ha comenzado el carnaval!! —gritó Angelo estampando su café contra la pared.
—Cálmate Angelo —lo atajó con calma un anciano más alto que él—. En algún momento caerá ante la justicia.
—¿¡Cómo quieres que me calme en una situación como esta, Paolo!? ¡Le robó y se acostó con Marie! ¡MÍ MARIE!
—Y tú provocaste que se fuera sin avisarte —puntualizó Paolo parado al lado del escritorio—. ¿No harías lo mismo si repentinamente tu pareja pierde los estribos por una que otra tontería y te arruinara toda la fiesta?
—¡Tú también te irritarías así si los medios comenzaran a responsabilizarte de los fracasos que hemos sufrido desde hace años! —replicó con vehemencia.
—Eres el nuevo jefe de policía, Angelo, es lógico que la presión recayera sobre ti, pero ten en cuenta que la señorita Lombardo siempre ha sido sensible, en particular cuando te pones así.
Angelo pegó sobre la mesa mirando a los ojos de su interlocutor. El sereno aspecto de su anciano amigo siempre lo tranquilizaba, en especial su mirada azul, por lo que decidió cambiar el tema.
—¿Dónde está ese gallego inútil cuando se le necesita? —inquirió bajando la voz.
—¿No recuerdas que Héctor se fue de vacaciones la semana pasada?
—Sí, pero se suponía que regresaba hoy. Tengo entendido que ya fue notificado de todos los cambios y ascensos que se han dando por aquí.
Toc, toc
—Aaah, hablando del rey de Roma —dijo el anciano policía dirigiéndose a la puerta.
—Básicamente sería el emperador de Roma, Paolo —bromeó asomando sus ojos verdes a través de la puerta—. Disculpen las tardanzas —agregó al ver la cara de su jefe indicándole que entrara.
—¡Llegas tarde, inútil! —gruñó Angelo.
—Por eso te digo que disculpes las tardanzas, me cuesta asimilar la repentina responsabilidad… —suspiró dejándose caer sobre un sillón junto al escritorio—. Aparte, casi pierdo el tren porque cierta española provocó un revuelto político en plena estación —añadió irritado—. Gracias al cielo que conservé mi vieja placa. De otra manera, todavía estaría atrapado entre tanto gentío —suspiró cansado—. Esa Leona es tremenda.
—¿Leona? —Repitió el anciano— ¿Leonora González? ¿La española que trae de cabeza a toda España?
—Sí, esa misma: “La Leona de Madrid” —confirmó Héctor amargamente—. Al parecer esta vez pescó un pez muy gordo.
—Increíble —se maravilló Paolo—. En mis tiempos sería inconcebible una mujer así.
—¡¡Nada de eso viene al caso, señores!! —interrumpió Angelo pegando sobre el escritorio—. ¡Lo relevante en esta oficina es que ese desgraciado corrompió a mi Marie y le robó todas sus joyas en la noche de ayer!
—¿Y no estabas con ella para evitarlo? —inquirió Héctor de inmediato.
Angelo desvió la mirada hacia la ventana en donde el paisaje seguía siendo lluvioso.
—Es que estaba de fiesta el día antes del carnaval —explicó Paolo ante el silencio de Angelo—. Todo iba bien… hasta que pasaron un insidioso reportaje sobre cómo hacemos las cosas.
—Aaah, la asustaste con tu temperamento —dedujo Héctor reprimiendo la risa.
—¡La gente me jodía por todos lados por las decisiones de los de alto rango, además era la fiesta antes del carnaval, maldición! ¡El Arlequín nunca se ha aparecido en fechas fuera del carnaval! —Se excusó gruñendo— ¡¡Tenemos a un criminal consecutivo de cinco años y la presión del gobierno italiano recayendo sobre nuestros hombros!! ¡¿Y ustedes, par de incompetentes, todavía se ponen a hablar sobre una suripanta barata?!
—Tienes razón, Angelo, lo sentimos —se disculparon los oficiales, logrando que Angelo se relajara un poco y diera un suspiro.
—¿Y saben qué es lo peor? —Hizo una pausa para contener su rabia—. Mi Marie ya no es la misma. Ahora anda ausente, como si le hubiesen robado algo más que sus joyas —pegó de nuevo— ¡No sé ustedes, señores, pero la nueva orden es: cualquier persona que vea al Arlequín debe de matarlo! ¡Le pondremos precio a su cabeza!
—Ya tranquilízate, Angelo, sé que ahora te lo tomas personal, pero sabes que no ha hecho nada tan grave que lo lleve a su propia condena —volvió a calmar Paolo.
—¡Pues entonces revisemos de nuevo las medidas de este año!
Revisar las medidas era una costumbre que la policía solía llevar a cabo para mencionar qué precauciones ya se han tomado con respecto al Arlequín y qué sería bueno agregar. Llegaron las ocasiones en las que se sugirió que los hombres no usaran máscaras hasta que nadie pisara la tierra veneciana. Como era de esperarse, los venecianos lo tomaron de la peor manera posible, por lo que se descartó de inmediato después de una tormenta de protestas de todo el mundo.
Por otro lado, la idea de usar mujeres espías o carteles de advertencias al público, no tuvieron el más mínimo efecto. Las mujeres espías igual caían ante su hechizo y las advertencias sobre él no hacían más que engrandecerlo.
Héctor extendió su brazo hacia el archivero que tenía a la izquierda para sacar varios sobres.
—Poner seguridad en cada canal, revisar las parejas en las calles, registrar vendedores de máscaras y ropa, aunque tenemos la sospecha de que él mismo se la fabrica —miró a su jefe a los ojos con suma seriedad después de aclararse la garganta—. Siendo realistas, teníamos más posibilidades el año pasado que en este… la INTERPOL había interferido, y la seguridad era muy molesta y necesaria para atraparlo, pero este año se retiraron por propia petición del gobierno italiano. Aunque personalmente dudo que la INTERPOL se haya retirado así como así, sobre todo después de aquél fiasco en el que los agentes quedaron más humillados que nosotros por eso de que el Arlequín les robó hasta la ropa.
Héctor cerró el folder como si fuera una tenaza.
—Claro, que, eso no nos garantiza que estén fuera de Venecia, jefe… —añadió en tono sombrío—. Así que solo puedo sugerir dos cosas.
—¿Cuáles? —inquirió el Angelo cruzado de brazos.
—Sospecho que el Arlequín tiene acceso a la policía por medio de alguien, si no es que está entre nosotros, y aunque oficialmente hayan renunciado tantos policías hartos por este caso, aún quedan quince policías en sospecha, agregando otros tres más, si nos contamos…
—Es una acusación seria pero cierta —dijo Paolo con frialdad.
—Sí, es verdad —cedió el nuevo jefe de policía—. Que no nos quepa la menor duda de que asuntos internos va a meter las manos en esto. Apostaría mi placa a que él o los agentes, están entre los recién llegados o han chantajeado a alguno de los nuestros para la labor de espía.
Los tres se quedaron en silencio hasta que Angelo volvió a hablar.
—¿Cuál es la segunda cuestión que especulas, Héctor?
—Es más bien una loca idea que fácilmente se nos puede ir de las manos…
Dado que el español no agregó más, el policía se irritó.
—Mira, españolete, sé que desde siempre hemos trabajado juntos con cargos de menor importancia, pero ahora que soy el jefe y tú sigues siendo mi subordinado ¡Te ordeno que cantes o que mejor uses la boca para algo más útil!
—Está bien, está bien —se apresuró a contestar Héctor—. Pero no diga que no le advertí…
—Cualquier idea es mejor que nada, Héctor —terció Paolo.
Héctor dudó unos segundos.
—Creo enviamos a la gente equivocada tras el Arlequín, jefe. Si hay algo evidente en esos fracasos es que ninguno de esos agentes estaba a su nivel…
—¿Qué quieres decir? —preguntó el anciano.
—Pues… —miró al suelo y luego a los ojos de Angelo— ¿Y si enviamos a alguien que sepa más de lo que sabe el Arlequín en lugar de criminología? Las investigaciones sobre él solo nos dicen que no es tanto un criminal si no un seductor de primera categoría que no puede ser atrapado si no es seducido —titubeó de nuevo—. Dejándonos en claro que solo una mujer seductora y sin moral podría con él.
—Es una buena idea, el problema es que no sabemos si no se ha intentado antes ni qué resultados ha dejado —razonó Paolo.
Angelo se le quedó mirando con aire inquisitivo.
—¿Y por qué dices que es una locura? —preguntó mirando a Héctor como un halcón cerca de su presa.
—Porque mujeres así son muy inestables, jefe.
—Me importa un pimiento, Héctor. Quiero que se diga que hemos intentado todo —reflexionó un instante—, ¿Cómo se llamaba esa mujer que mencionaste antes?
—¿Quién? ¿Leonora?
—Sí, esa. ¿Sabrás como contactarla?
—¿En verdad crees que es buena idea, Angelo? —terció Paolo.
—Si esa “Leona de Madrid” es tan buena, estoy seguro que no se resistirá en seducir al Arlequín, y si no lo hace, al menos lograría desenmascararlo para que lo atrapemos —razonó dibujando una sonrisa lobuna en su rostro.
Héctor se quedó con los ojos como platos.
—Jefe… Leonora González es una mujer nada predecible. No crea que se puede convencer así como así.
—Irás tú —le interrumpió Angelo—. Es tu castigo por llegar tarde.
Héctor arqueó las cejas.
—Bueno… —se encogió de hombros—. Paolo ¿me acompañas?
—¡Oh! ¡Claro que sí! ¡Será todo un placer conocerla!
—¿Quién te dio permiso para irte, Paolo? ¡Necesito que te quedes por cualquier cosa!
—Conocer a la mujer más seductora de la España actual también es parte de mi trabajo, señor Angelo. Además sólo Héctor y yo hablamos castellano —convino el anciano policía.
Angelo miró a sus compañeros con el seño fruncido.
—Está bien, lárguense. Los veré mañana a primera hora, y no se atrevan a volver sin esa mujer.
A decir verdad no sé si tenga madera para esto, pero se lo dejo a su experimentado juicio. Gracias de antemano.
Tormoku- Invitado
Re: Sedúceme si puedes.
entiendo que anden ocupados, pero de veras me encantaría su pronta respuesta.
Tormoku- Invitado
Re: Sedúceme si puedes.
Yo me encargo, denme unas cuantas horas . Edito este mismo post.
Hay ligeros problemas de comas. "Por un hombre tan astuto y tenaz que inclusive [...]"; la coma debe desaparecer porque cortas la frase completa, describes al hombre con una expresión "tan X que Y".
Ligeras repeticiones cacofónicas en "mujeres" y "mujer". Al leer en voz alta se pueden notar más.
Inconsistencias verbales: ¿"llamó la atención" por la máscara que "oculta"? El problema no es que sea ilógico porque, visto desde el punto de vista gramatical, tu construcción es correcta. Sin embargo causa ligero escozor porque usas el pasado para contar una acción que sucedió puntualmente: "llamó la atención"; pero luego hablas de una acción habitual: "oculta". No hay sentido del tiempo.
Por otro lado tenemos que nunca terminas la oración. "Un hombre [...]" ¿qué hace el hombre? Recordemos que todas las oraciones deben tener Sujeto, Verbo y Predicado. Aquí no hay un verbo que se convierta en el centro de la oración. Simplemente tenemos un montón de adjetivos sobre un sustantivo.
En cuanto al contenido... ¿qué tiene que ver que tenga muchas máscaras con el nombre?
No entiendo qué tiene que ver las máscaras.
Si un demostrativo está junto a un sustantivo no se tilda porque es un adjetivo. Si no está se tilda. ¿Cuál es el error ahí?
Más inconsistencias temporales, cambias del presente al pasado como si se tratara de prender y apagar la luz. Si hablas del presente es correcto decir "el año pasado", si hablas en el pasado lo correcto es decir "el año anterior".
Ahora bien, no me parece muy correcto que plantees de golpe que tu personaje es un antihéroe. Creo que son sus acciones las que deberían hablar por el asunto.
Ocupas demasiado tiempo en hablar de sus hazañas pero no explicas cómo es que todo el mundo se entera de eso. Puede que sean rumores, información de la policía, leyendas... puede ser cualquiera pero no nos haces integrarnos al mundo que creas porque parece que nos estás platicando cómo es tu personaje como si se lo estuvieras planteando a tus amigos en una fiesta. El ritmo de la narración no envuelve al lector porque no has creado un ambiente para que nos imaginemos qué sucede. No sabemos el año ni sabemos cómo funciona tu mundo. Sabemos que estamos en Venecia antes del Carnaval... ¿y luego?
Sino*. Cuando hablamos de un condicional ("Si no te comes la sopa te castigo") va separado; cuando, como en este caso, hablamos de una conexión adversativa (No es X sino Y) debe ir junto.
No hay necesidad de hilar estas ideas porque, una vez más, parece que nos estás platicando cómo será el clima mañana y no contándonos una historia. Yo quitaría toda la primera parte.
La siguiente parte es completamente familiar; creo que debes abandonar el estilo casual y concentrarte en un estilo un poco más acorde a la época que estás manejando, así puedes incrementar la sensación de que estamos ahí. Tienes una extraña manía de conectar las ideas. Existe una razón por la cual se usa el punto y aparte y eso es porque las ideas inconexas deben mantenerse así.
Cuestión de expresiones: no entiendo dónde está bromeando el hombre.
La interacción entre la chica y el Arlequín es algo interesante; lo has refrescado mucho pero hace falta un poco más de trabajo para poder transmitir; creo que todavía puedes pulirla porque así se siente algo cliché. Te olvidas por completo del ambiente mientras hablan y eso hace que perdamos el piso de qué es lo que está pasando alrededor, ¿por qué, en medio de la lluvia, los dos se encuentran? A mi parecer el Arlequín la estaba esperando pero hay cosas que me hacen olvidar por completo ese detalle y eso es muy malo porque pierdes la pantalla completa, es decir, no captas la atención del lector hacia el futuro de la historia, no mueves su curiosidad.
El nombre de tu protagonista es demasiado común. No soy quién para meterme con tu inspiración pero el apellido Berlusconi nos transporta inmediatamente a la realidad gracias a don primer ministro Italiano. Te recomendaría cambiarlo pero esa es tu decisión.
Sinceramente me es muy molesto que a todos los personajes se les mida a través de su atractivo sexual. Los tres personajes hasta este momento han sido rompecorazones o muy guapos o... así. Puedo entender que tu personaje esté construido así pero procura no lanzarlo a la cara en cada presentación.
Cálmate, Angelo.* ¡VOCATIVOS!
Sin importar el grado de indignación del personaje, el posesivo "mi" no se acentúa: mi Marie, mi mujer, mi amiga. Lo que sí se acentúa es el pronombre: "Está detrás de mí". ¿Se observa la diferencia?
A ver... no entiendo por qué el jefe de la policía usa su puesto para organizar una vendetta contra alguien. En un mundo como el que planteas, don poli usaría de pretexto los múltiples asaltos para ir a buscar al maldito y no al revés.
El tema en sí me parece muy interesante y muy bueno pero no está bien ejecutado en cuanto a la técnica narrativa. Ocupas un lenguaje muy poco serio para el tipo de historia que quieres narrar y rompes el ritmo de seriedad con un personaje cínico: Héctor.
Si bien esta clase de personajes es muy útil para aligerar la carga emocional de las historias (lo que se llama comic relief) en este caso sólo hace que caiga mal. Además tienes un héroe y un antihéroe. No sé a quién quieras darle el peso protagónico, puede que sean ambos los protas, pero tener a un personaje secundario que causa emociones fuertes solo opaca a ambos elementos. Don poli anciano es el ejemplo de personaje secundario que debería ser Héctor: habla lo justo para apoyar la trama y proveer tanto información como dinamismo. En cambio Héctor amenaza con llevarse el fic si no aligeras un poco su actitud.
El manejo de la trama no es predecible y eso se agradece pero agradezco más que mantengas al lector interesado. Insisto en que busques ambientar más porque al principio de la historia creía que estábamos en la vieja Venecia de los Médici y ahora me doy cuenta de que estamos en el siglo ¿veinte?
El problema radica en que tienes demasiada información. Si logras irla diluyendo a lo largo de la historia puedes crear más emoción. Por ejemplo, al final de la conversación de los polis ya había olvidado qué pasaba con el Arlequín. Creo que te pierdes en la conversación insulsa que intenta aportar diversión y pierdes el verdadero sentido del personaje: sus motivaciones.
Quiero decir, el poli prota tiene como motivación vengar lo que le pasó a su esposa pero no es claro qué fue lo que pasó. ¿La violaron? ¿Ella se entregó al Arlequín voluntariamente? Y eso no es claro porque no es claro qué es lo que siente Angelo. Sí, venganza, pero qué motiva esa venganza.
La parte del arlequín está completamente sobreestructurada al grado de que identificamos dos partes: 1. ambientar y 2. charlar. No es algo que pueda incentivar la imaginación del lector.
Como puedes ver, el mayor problema viene del estilo, una pequeña parte en la estructura. Creo que vas por buen camino, da gusto leer algo como lo tuyo; aunque todavía puede mejorar creo que es algo bastante digno de leer y eso se debe a que das mucho material para comentar: personaje, motivaciones, construcciones, estilos narrativos... bastante alejado de errores comúnes.
Continúa escribiendo .
[...] por un hombre tan astuto y tenaz, que inclusive logró burlar a la policía internacional.
Hay ligeros problemas de comas. "Por un hombre tan astuto y tenaz que inclusive [...]"; la coma debe desaparecer porque cortas la frase completa, describes al hombre con una expresión "tan X que Y".
Ello lo rodeó de historias y leyendas que la gente comenzó a contar, en particular entre las mujeres, pues decían que este controversial personaje había nacido para complacer a cualquier mujer que deseara para luego desaparecer, llevándose consigo algo más que un objeto.
Ligeras repeticiones cacofónicas en "mujeres" y "mujer". Al leer en voz alta se pueden notar más.
Un hombre con la capacidad de “llevarte al infierno para terminar en el cielo”, y lo que más llamó la atención: El inimaginable rostro que oculta detrás de sus variadas máscaras que lo llevaron a ser conocido como “el Arlequín”.
Inconsistencias verbales: ¿"llamó la atención" por la máscara que "oculta"? El problema no es que sea ilógico porque, visto desde el punto de vista gramatical, tu construcción es correcta. Sin embargo causa ligero escozor porque usas el pasado para contar una acción que sucedió puntualmente: "llamó la atención"; pero luego hablas de una acción habitual: "oculta". No hay sentido del tiempo.
Por otro lado tenemos que nunca terminas la oración. "Un hombre [...]" ¿qué hace el hombre? Recordemos que todas las oraciones deben tener Sujeto, Verbo y Predicado. Aquí no hay un verbo que se convierta en el centro de la oración. Simplemente tenemos un montón de adjetivos sobre un sustantivo.
En cuanto al contenido... ¿qué tiene que ver que tenga muchas máscaras con el nombre?
- Esto es un Arlequín:
No entiendo qué tiene que ver las máscaras.
Aquél respeto
Si un demostrativo está junto a un sustantivo no se tilda porque es un adjetivo. Si no está se tilda. ¿Cuál es el error ahí?
el antihéroe sedujo a una famosa actriz andrógina y auto declarada lesbiana que terminó por volverse heterosexual, el año pasado.
Más inconsistencias temporales, cambias del presente al pasado como si se tratara de prender y apagar la luz. Si hablas del presente es correcto decir "el año pasado", si hablas en el pasado lo correcto es decir "el año anterior".
Ahora bien, no me parece muy correcto que plantees de golpe que tu personaje es un antihéroe. Creo que son sus acciones las que deberían hablar por el asunto.
Ocupas demasiado tiempo en hablar de sus hazañas pero no explicas cómo es que todo el mundo se entera de eso. Puede que sean rumores, información de la policía, leyendas... puede ser cualquiera pero no nos haces integrarnos al mundo que creas porque parece que nos estás platicando cómo es tu personaje como si se lo estuvieras planteando a tus amigos en una fiesta. El ritmo de la narración no envuelve al lector porque no has creado un ambiente para que nos imaginemos qué sucede. No sabemos el año ni sabemos cómo funciona tu mundo. Sabemos que estamos en Venecia antes del Carnaval... ¿y luego?
no solo por el Arlequín, si no por los inesperados eventos que el pueblo veneciano preparó para la ocasión.
Sino*. Cuando hablamos de un condicional ("Si no te comes la sopa te castigo") va separado; cuando, como en este caso, hablamos de una conexión adversativa (No es X sino Y) debe ir junto.
Hablando de la temporada de lluvias, aquella mañana el cielo estaba tan negro que era difícil saber si todavía era de noche por el espesor de nubes,
No hay necesidad de hilar estas ideas porque, una vez más, parece que nos estás platicando cómo será el clima mañana y no contándonos una historia. Yo quitaría toda la primera parte.
La siguiente parte es completamente familiar; creo que debes abandonar el estilo casual y concentrarte en un estilo un poco más acorde a la época que estás manejando, así puedes incrementar la sensación de que estamos ahí. Tienes una extraña manía de conectar las ideas. Existe una razón por la cual se usa el punto y aparte y eso es porque las ideas inconexas deben mantenerse así.
—¿Q-qué es inesperado? —preguntó tambaleante.
—Depende de la perspectiva de un tercero. ¿Un enmascarado disfrutando de la lluvia o una valiente mujer corriendo sin protección alguna? —bromeó pausadamente.
Cuestión de expresiones: no entiendo dónde está bromeando el hombre.
La interacción entre la chica y el Arlequín es algo interesante; lo has refrescado mucho pero hace falta un poco más de trabajo para poder transmitir; creo que todavía puedes pulirla porque así se siente algo cliché. Te olvidas por completo del ambiente mientras hablan y eso hace que perdamos el piso de qué es lo que está pasando alrededor, ¿por qué, en medio de la lluvia, los dos se encuentran? A mi parecer el Arlequín la estaba esperando pero hay cosas que me hacen olvidar por completo ese detalle y eso es muy malo porque pierdes la pantalla completa, es decir, no captas la atención del lector hacia el futuro de la historia, no mueves su curiosidad.
El nombre de tu protagonista es demasiado común. No soy quién para meterme con tu inspiración pero el apellido Berlusconi nos transporta inmediatamente a la realidad gracias a don primer ministro Italiano. Te recomendaría cambiarlo pero esa es tu decisión.
Muchos de sus conocidos decían que tendría muchas mujeres tras de él si tan solo…
Sinceramente me es muy molesto que a todos los personajes se les mida a través de su atractivo sexual. Los tres personajes hasta este momento han sido rompecorazones o muy guapos o... así. Puedo entender que tu personaje esté construido así pero procura no lanzarlo a la cara en cada presentación.
—Cálmate Angelo
Cálmate, Angelo.* ¡VOCATIVOS!
¡MÍ MARIE!
Sin importar el grado de indignación del personaje, el posesivo "mi" no se acentúa: mi Marie, mi mujer, mi amiga. Lo que sí se acentúa es el pronombre: "Está detrás de mí". ¿Se observa la diferencia?
—¡¡Nada de eso viene al caso, señores!! —interrumpió Angelo pegando sobre el escritorio—. ¡Lo relevante en esta oficina es que ese desgraciado corrompió a mi Marie y le robó todas sus joyas en la noche de ayer!
A ver... no entiendo por qué el jefe de la policía usa su puesto para organizar una vendetta contra alguien. En un mundo como el que planteas, don poli usaría de pretexto los múltiples asaltos para ir a buscar al maldito y no al revés.
El tema en sí me parece muy interesante y muy bueno pero no está bien ejecutado en cuanto a la técnica narrativa. Ocupas un lenguaje muy poco serio para el tipo de historia que quieres narrar y rompes el ritmo de seriedad con un personaje cínico: Héctor.
Si bien esta clase de personajes es muy útil para aligerar la carga emocional de las historias (lo que se llama comic relief) en este caso sólo hace que caiga mal. Además tienes un héroe y un antihéroe. No sé a quién quieras darle el peso protagónico, puede que sean ambos los protas, pero tener a un personaje secundario que causa emociones fuertes solo opaca a ambos elementos. Don poli anciano es el ejemplo de personaje secundario que debería ser Héctor: habla lo justo para apoyar la trama y proveer tanto información como dinamismo. En cambio Héctor amenaza con llevarse el fic si no aligeras un poco su actitud.
El manejo de la trama no es predecible y eso se agradece pero agradezco más que mantengas al lector interesado. Insisto en que busques ambientar más porque al principio de la historia creía que estábamos en la vieja Venecia de los Médici y ahora me doy cuenta de que estamos en el siglo ¿veinte?
El problema radica en que tienes demasiada información. Si logras irla diluyendo a lo largo de la historia puedes crear más emoción. Por ejemplo, al final de la conversación de los polis ya había olvidado qué pasaba con el Arlequín. Creo que te pierdes en la conversación insulsa que intenta aportar diversión y pierdes el verdadero sentido del personaje: sus motivaciones.
Quiero decir, el poli prota tiene como motivación vengar lo que le pasó a su esposa pero no es claro qué fue lo que pasó. ¿La violaron? ¿Ella se entregó al Arlequín voluntariamente? Y eso no es claro porque no es claro qué es lo que siente Angelo. Sí, venganza, pero qué motiva esa venganza.
La parte del arlequín está completamente sobreestructurada al grado de que identificamos dos partes: 1. ambientar y 2. charlar. No es algo que pueda incentivar la imaginación del lector.
Como puedes ver, el mayor problema viene del estilo, una pequeña parte en la estructura. Creo que vas por buen camino, da gusto leer algo como lo tuyo; aunque todavía puede mejorar creo que es algo bastante digno de leer y eso se debe a que das mucho material para comentar: personaje, motivaciones, construcciones, estilos narrativos... bastante alejado de errores comúnes.
Continúa escribiendo .
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
Eso es lo que pasa cuando no tengo a quien leerle mis historias ._.
Cuando leí tu crítica no pude evitar darme zapes en esos errores que hasta ahora no tenían nombre, en especial por lo cierto que es que utilizo tanta información que me pierdo, y es que irónicamente me da miedo confundir al lector si no le doy suficiente información porque no he sabido presentarla. (Te juro que voy a tomar nota de todo lo que me dijiste, en serio ¡muchas gracias por tu tiempo!)
Sobre el Arlequín, él usa muchas máscaras para evitar ser identificado y porque tiene doble sentido al afirmar que cambia su personalidad conforme a su objetivo. Aparte de que necesito investigar más sobre la seducción en diferentes referencias para mejorar todas las ocasiones en las que aparece. (Obvio que sí es el antagonista).
El policía gruñón (Angelo Berlusconi), no es el protagonista, es co-protagonista casi secundario con Leonora Gonzales, y agregué que tendría cualquier mujer si no fuera por su carácter para enfatizar lo mucho que le importó que a su novia la "corrompieran".
Al "corromper" quiero decir que las mujeres que anduvieron con él no lo delatan y presentan cambios en su personalidad (Ejemplo: Vuelve sexualmente activa a una mujer frígida, o en el caso de Mari, la vuelve más segura de sí misma). Pero objetivamente para los policías, afecta más el hecho de que encubran su aventura con el Arlequín hasta que alguien más (un conocido de la víctima) levante la denuncia de que el Arlequín les robó.
La razón por la que Angelo se pone tan loco es porque el Arlequín al fin completó "la gota que derramó el vaso" después de los cinco años crímen, pues por primera vez le dio un motivo a nivel personal.
Sobre Héctor: Aún no le he dado el desarrollo suficiente para desentrañar el papel para mi historia, pero lo que sí te puedo adelantar es que él no es lo que aparenta (Y espero que eso no sea predecible desde el primer cap).
Sí... a decir verdad no sé cómo simplificar el ambiente y el tiempo para introducir al Arlequín y el mundo actual en el que vive, así como sus personajes ._.
Sobre la cronología me faltó agregar que en lugar de poner "Capítulo X, Capítulo Y" escribo el día y la hora en italiano, ya que la protagonista tiene una semana para atraparlo e inicia todo a partir del punto en el que ella acepta venir a Venecia.
Si lo vieras como una película, se vería el incidente incitador en 3 escenas: 1) El Arlequín aparece para presentar sus fechorías antes de su fecha habitual de los crímenes. 2) La introducción de los policías, motivaciones y la desición de llamar a la otra seductora. 3) Leonora Gonzáles encuentra motivos por los que debería dejar España (Es una mujer que se mete con gente con la que no debería de tratar) y finaliza la escena con la llegada de Héctor y Paolo a la puerta de su casa.
De veras que no me equivoqué al pensar que este foro me podría ayudar, y me encantaría contar con el apoyo de buenazos beta readers como tú con mis demás historias. Hombre, me has alegrado la noche. ¡GRACIAS!
Una última cosa: ¿Crees que este pequeño párrafo (El que planeo que será la sinópsis de otro de mis libros) sea material enganchable?
“Buenos días Arcadio. Estoy seguro de que te estás muriendo de frío, pero eso es una pequeña parte de la maravillosa vida que he decidido regalarte. Verás, hace dos semanas no estaba muy seguro sobre mi decisión de quitarme la vida, así que acepté la generosa propuesta de nuestro gobierno para reiniciar nuestras vidas aquí en la Antártida. Sé que te estarás haciendo más preguntas, pero por tu propio bien, te sugiero que nunca busques las respuestas. Recuerda, ésta es mi segunda oportunidad…” (la historia se titula "Una segunda oportunidad")
Cuando leí tu crítica no pude evitar darme zapes en esos errores que hasta ahora no tenían nombre, en especial por lo cierto que es que utilizo tanta información que me pierdo, y es que irónicamente me da miedo confundir al lector si no le doy suficiente información porque no he sabido presentarla. (Te juro que voy a tomar nota de todo lo que me dijiste, en serio ¡muchas gracias por tu tiempo!)
Sobre el Arlequín, él usa muchas máscaras para evitar ser identificado y porque tiene doble sentido al afirmar que cambia su personalidad conforme a su objetivo. Aparte de que necesito investigar más sobre la seducción en diferentes referencias para mejorar todas las ocasiones en las que aparece. (Obvio que sí es el antagonista).
El policía gruñón (Angelo Berlusconi), no es el protagonista, es co-protagonista casi secundario con Leonora Gonzales, y agregué que tendría cualquier mujer si no fuera por su carácter para enfatizar lo mucho que le importó que a su novia la "corrompieran".
Al "corromper" quiero decir que las mujeres que anduvieron con él no lo delatan y presentan cambios en su personalidad (Ejemplo: Vuelve sexualmente activa a una mujer frígida, o en el caso de Mari, la vuelve más segura de sí misma). Pero objetivamente para los policías, afecta más el hecho de que encubran su aventura con el Arlequín hasta que alguien más (un conocido de la víctima) levante la denuncia de que el Arlequín les robó.
La razón por la que Angelo se pone tan loco es porque el Arlequín al fin completó "la gota que derramó el vaso" después de los cinco años crímen, pues por primera vez le dio un motivo a nivel personal.
Sobre Héctor: Aún no le he dado el desarrollo suficiente para desentrañar el papel para mi historia, pero lo que sí te puedo adelantar es que él no es lo que aparenta (Y espero que eso no sea predecible desde el primer cap).
Sí... a decir verdad no sé cómo simplificar el ambiente y el tiempo para introducir al Arlequín y el mundo actual en el que vive, así como sus personajes ._.
Sobre la cronología me faltó agregar que en lugar de poner "Capítulo X, Capítulo Y" escribo el día y la hora en italiano, ya que la protagonista tiene una semana para atraparlo e inicia todo a partir del punto en el que ella acepta venir a Venecia.
Si lo vieras como una película, se vería el incidente incitador en 3 escenas: 1) El Arlequín aparece para presentar sus fechorías antes de su fecha habitual de los crímenes. 2) La introducción de los policías, motivaciones y la desición de llamar a la otra seductora. 3) Leonora Gonzáles encuentra motivos por los que debería dejar España (Es una mujer que se mete con gente con la que no debería de tratar) y finaliza la escena con la llegada de Héctor y Paolo a la puerta de su casa.
De veras que no me equivoqué al pensar que este foro me podría ayudar, y me encantaría contar con el apoyo de buenazos beta readers como tú con mis demás historias. Hombre, me has alegrado la noche. ¡GRACIAS!
Una última cosa: ¿Crees que este pequeño párrafo (El que planeo que será la sinópsis de otro de mis libros) sea material enganchable?
“Buenos días Arcadio. Estoy seguro de que te estás muriendo de frío, pero eso es una pequeña parte de la maravillosa vida que he decidido regalarte. Verás, hace dos semanas no estaba muy seguro sobre mi decisión de quitarme la vida, así que acepté la generosa propuesta de nuestro gobierno para reiniciar nuestras vidas aquí en la Antártida. Sé que te estarás haciendo más preguntas, pero por tu propio bien, te sugiero que nunca busques las respuestas. Recuerda, ésta es mi segunda oportunidad…” (la historia se titula "Una segunda oportunidad")
Tormoku- Invitado
Re: Sedúceme si puedes.
Eso es lo que pasa cuando no tengo a quien leerle mis historias ._.
No es necesario tener a alguien para leer en voz alta. Léelo para ti dándole la inflexión que buscas y descubrirás los problemas más marcados.
en especial por lo cierto que es que utilizo tanta información que me pierdo, y es que irónicamente me da miedo confundir al lector si no le doy suficiente información porque no he sabido presentarla.
El problema que veo es que lo tienes DEMASIADO estructurado en tu cabeza. Es decir que has sobrepensado la historia y tienes demasiada prisa por mostrarnos lo que te imaginas que no te preocupas por la manera en la que lo presentas. Busca el equilibrio entre el detalle y la imagen amplia y entonces tu estilo será mucho más ligero. La manera en la que manejas la historia me recuerda muchísimo a "Los Reyes Malditos", una serie escrita por Maurice Druon. Te recomiendo que leas, por lo menos, el primer libro para que puedas tomar algo de su estilo.
Sobre el Arlequín, él usa muchas máscaras para evitar ser identificado y porque tiene doble sentido al afirmar que cambia su personalidad conforme a su objetivo.
Me importa muy poco por qué cambia de máscaras. A lo que me refería es que un Arlequín no tiene por qué usar muchas máscaras. Incluso hay versiones del mismo que solo se pintan la cara. Lo que veo como error es que no afirmas que le llaman Arlequin porque cambia de máscaras pero no hay una conexión entre una cosa y otra: un arlequín no necesariamente cambia de máscaras.
Aparte de que necesito investigar más sobre la seducción en diferentes referencias para mejorar todas las ocasiones en las que aparece. (Obvio que sí es el antagonista).
Volví a leer mi comentario para ver si yo lo había escrito mal pero veo que no. Afirmas que tu personaje es un antihéroe y yo te comenté que no era bueno que lo lanzaras al ruedo tan rápido. Aquí tú me afirmas que es el antagonista... Y yo no dije nada acerca de eso. Un antihéroe y un antagonista son dos conceptos MUY distintos. Un antohéroe es el protagonista que se ve obligado a convertirse en el soporte del argumento y que se opone al concepto de "héroe" convencional. Un antagonista es aquel personaje que se opone al protagonista y busca impedir que llegue a su objetivo.
El policía gruñón (Angelo Berlusconi), no es el protagonista, es co-protagonista casi secundario con Leonora Gonzales, y agregué que tendría cualquier mujer si no fuera por su carácter para enfatizar lo mucho que le importó que a su novia la "corrompieran".
Una vez más, una cosa no tiene nada que ver con la otra. Además no veo enfatizado nada de lo que me dices. Creo que el problema tiene que ver con cómo estás abordando el tema y los pasos lógicos de tu tren de pensamiento. Analicemos lo que me dices:
Causa: Puede tener a cualquier chica.
Consecuencia: Le importa mucho que su novia sea corrompida.
Creo que lo veo pero hacen falta "pasos" en esa idea:
Afirmación 1: Puede tener a cualquier chica.
Afirmación 2: Tiene novia.
Afirmación 3: Es fiel.
Afirmación 4: Espera que su novia sea igual de fiel
Consecuencia: Se siente ultrajado al saber que su novia es corrompida.
¿Vemos todas las afirmaciones lógicas que hacen falta en el pensamiento? El problema es que no eres empático con el lector. No te has puesto en el lugar del lector y abandonado tu propia lógica. No buscas que el lector entienda tu tren de pensamiento sino que asumes que todos ven la lógica que tienes. ÉSE es el error fundamental que también te lleva a no mantener la ambientación y a explicar demasiado. Cuando tú no te entiendes buscas sobreexplicarte. En todo momento analiza la lógica de tus afirmaciones y divídela en afirmaciones simples causa-consecuencia. Así podrás darte cuenta cuándo falta información y cuando ya no es necesaria.
Al "corromper" quiero decir que las mujeres que anduvieron con él no lo delatan y presentan cambios en su personalidad (Ejemplo: Vuelve sexualmente activa a una mujer frígida, o en el caso de Mari, la vuelve más segura de sí misma). Pero objetivamente para los policías, afecta más el hecho de que encubran su aventura con el Arlequín hasta que alguien más (un conocido de la víctima) levante la denuncia de que el Arlequín les robó.
Sinceramente no entiendo por qué me explicas esto si tu historia es la que debería darme las herramientas para que yo lo dedujera. No veo, en toda la conversación de los polis, ninguno de estos argumentos. La conversación se centra en quién puede detenerlo pero no entiendo por qué ellos no pueden detenerlo a la vieja usanza. No sé si me estoy explicando correctamente.
La razón por la que Angelo se pone tan loco es porque el Arlequín al fin completó "la gota que derramó el vaso" después de los cinco años crímen, pues por primera vez le dio un motivo a nivel personal.
¿Y esto es algo que debo entender en este momento o buscarás desarrollar el pasado de Angelo a través de la historia?
Hay TANTOS elementos importantes en atn solo el primer capítulo que todo esto que me explicas no solo no me aclara nada sino que me enreda más.
Sobre Héctor: Aún no le he dado el desarrollo suficiente para desentrañar el papel para mi historia, pero lo que sí te puedo adelantar es que él no es lo que aparenta (Y espero que eso no sea predecible desde el primer cap).
Me parece perfecto, no quiero saber más sobre él. Simplemente te indico que su peso en este primer capítulo debe suavizarse. Hay ocasiones en las que un personaje cambia su rol de secundario a principal a mitad de la historia debido a necesidades del argumento, es decir, es necesario mantener oculto su rol hasta que la trama avance. Ésta es una de esas ocasiones. Mantenlo en el bajo perfil y más tarde lánzalo como soporte de la trama, eso genera sorpresa de una manera muy agradable.
Sí... a decir verdad no sé cómo simplificar el ambiente y el tiempo para introducir al Arlequín y el mundo actual en el que vive, así como sus personajes ._.
Simplemente suaviza tu estilo; hay qu leer muchísimas historias cercanas a la época o temática para conocer las herramientas que otros han usado y que quizás te podrían ayudar. No conozco muchas novelas policíacas pero existe el género Polar en la cinematografía (películas francesas) o la novela negra. La segunda es mucho mejor por razones que detallaré más adelante.
Sobre la cronología me faltó agregar que en lugar de poner "Capítulo X, Capítulo Y" escribo el día y la hora en italiano, ya que la protagonista tiene una semana para atraparlo e inicia todo a partir del punto en el que ella acepta venir a Venecia.
Ok, me parece muy bien que uses esa herramienta.
En un comentario aparte: ten mucho cuidado con el correcto uso de los verbos y expresiones. Cuando dices "ella acepta venir" me hace pensar, al leerlo, que ella vendrá aquí a mi habitación en México D.F. Lo correcto es utilizar expresiones atemporales y universales: "ella decide ACUDIR a Venecia". ¿Verdad que cambia? Lo mismo sucede con las expresiones de tiempo que te comenté antes.
Si lo vieras como una película, se vería el incidente incitador en 3 escenas: 1) El Arlequín aparece para presentar sus fechorías antes de su fecha habitual de los crímenes. 2) La introducción de los policías, motivaciones y la desición de llamar a la otra seductora. 3) Leonora Gonzáles encuentra motivos por los que debería dejar España (Es una mujer que se mete con gente con la que no debería de tratar) y finaliza la escena con la llegada de Héctor y Paolo a la puerta de su casa.[/quote]
Pero esto no es una película. Pensar en crear escenas como si fueran móviles es útil, yo mismo uso esa estrategia, pero es MUY importante que te olvides, al llevar esa idea al papel, que es una película porque la narrativa del cine es muy distinta a la narrativa escrita y quizás ahí radique otra parte de tu problema. Generalmente tendemos a hacer divisiones muy específicas al pensar como si estuvieramos en una película: primero describimos y luego dejamos que los personajes hablen. Y eso es muy notorio en tu historia, tal como lo comenté, y no deja espacio para las acotaciones alrededor de los diálogos.
No tienes nada que agradecer .
“Buenos días Arcadio. Estoy seguro de que te estás muriendo de frío, pero eso es una pequeña parte de la maravillosa vida que he decidido regalarte. Verás, hace dos semanas no estaba muy seguro sobre mi decisión de quitarme la vida, así que acepté la generosa propuesta de nuestro gobierno para reiniciar nuestras vidas aquí en la Antártida. Sé que te estarás haciendo más preguntas, pero por tu propio bien, te sugiero que nunca busques las respuestas. Recuerda, ésta es mi segunda oportunidad…” (la historia se titula "Una segunda oportunidad")
Definitivamente no me parece mal. Creo que tienes una habilidad excepcional para mantener la atención del lector y no mostrar todas las cartas de golpe.
Editorialmente es demasiado vago, demasiado velado. La parte donde dice que ha decidido regalarle la vida no es enigmática sino confusa, es lo único que yo quitaría.
Lo que sí te sugiero es que revises la puntuación porque tienes serios problemas, sobre todo con vocativos.
Y un dato que no mencioné en mi comentario sobre tu historia: cuando explicas luego de dos puntos y seguido no se utiliza mayúscula. Ten cuidado con eso.
Saludos.
Ahora sí me dejaste noqueado x_x ¡Pero feliz! :D
No es necesario tener a alguien para leer en voz alta. Léelo para ti dándole la inflexión que buscas y descubrirás los problemas más marcados.
De hecho en mis escritos más recientes he empezado así , y vaya que hace milagros en la narrativa. Gracias por recordarme el dato.
El problema que veo es que lo tienes DEMASIADO estructurado en tu cabeza. Es decir que has sobrepensado la historia y tienes demasiada prisa por mostrarnos lo que te imaginas que no te preocupas por la manera en la que lo presentas. Busca el equilibrio entre el detalle y la imagen amplia y entonces tu estilo será mucho más ligero. La manera en la que manejas la historia me recuerda muchísimo a "Los Reyes Malditos", una serie escrita por Maurice Druon. Te recomiendo que leas, por lo menos, el primer libro para que puedas tomar algo de su estilo.
Lo sé :/ creo que es un error muy común en los bosquejos porque suceden cuando vienen las primeras ideas de los personajes, el entorno y el desarrollo de la historia. Para contrarrestar ese problema he diseñado esquemas en powerpoint sobre los perfiles psicológicos de mis personajes, su papel, aspecto físico, y relevancia en la historia. Así como también empezé a anotar las ideas que vienen a mi mente y cuestionarme cuándo debería de presentarlos y cómo.
He visto esa serie de libros en la Ghandi, gracias por la reco
Me importa muy poco por qué cambia de máscaras. A lo que me refería es que un Arlequín no tiene por qué usar muchas máscaras. Incluso hay versiones del mismo que solo se pintan la cara. Lo que veo como error es que no afirmas que le llaman Arlequin porque cambia de máscaras pero no hay una conexión entre una cosa y otra: un arlequín no necesariamente cambia de máscaras.
Se arregla con un cambio más efectivo de presentación, y originalmente no sabía cómo se llamaban los enmascarados de los carnavales venecianos (Vaya que investigué), por lo que simplemente decidí ponerle "Arlequín". Pero como dices, falta más conexión...
Volví a leer mi comentario para ver si yo lo había escrito mal pero veo que no. Afirmas que tu personaje es un antihéroe y yo te comenté que no era bueno que lo lanzaras al ruedo tan rápido. Aquí tú me afirmas que es el antagonista... Y yo no dije nada acerca de eso. Un antihéroe y un antagonista son dos conceptos MUY distintos. Un antohéroe es el protagonista que se ve obligado a convertirse en el soporte del argumento y que se opone al concepto de "héroe" convencional. Un antagonista es aquel personaje que se opone al protagonista y busca impedir que llegue a su objetivo.
*Se pega en la frente* Ese es otro error de presentación, lo que quería decir es que es visto como un antihéroe porque a muchos hombres les gustaría ser como él, pero efectivamente es un antagonista.
Una vez más, una cosa no tiene nada que ver con la otra. Además no veo enfatizado nada de lo que me dices. Creo que el problema tiene que ver con cómo estás abordando el tema y los pasos lógicos de tu tren de pensamiento. Analicemos lo que me dices:
Causa: Puede tener a cualquier chica.
Consecuencia: Le importa mucho que su novia sea corrompida.
Creo que lo veo pero hacen falta "pasos" en esa idea:
Afirmación 1: Puede tener a cualquier chica.
Afirmación 2: Tiene novia.
Afirmación 3: Es fiel.
Afirmación 4: Espera que su novia sea igual de fiel
Consecuencia: Se siente ultrajado al saber que su novia es corrompida.
¿Vemos todas las afirmaciones lógicas que hacen falta en el pensamiento? El problema es que no eres empático con el lector. No te has puesto en el lugar del lector y abandonado tu propia lógica. No buscas que el lector entienda tu tren de pensamiento sino que asumes que todos ven la lógica que tienes. ÉSE es el error fundamental que también te lleva a no mantener la ambientación y a explicar demasiado. Cuando tú no te entiendes buscas sobreexplicarte. En todo momento analiza la lógica de tus afirmaciones y divídela en afirmaciones simples causa-consecuencia. Así podrás darte cuenta cuándo falta información y cuando ya no es necesaria.
Auch. Ese argumento sí me dio en toda la cara. MMmhh... no tengo nada que decir, excepto que muchas gracias por darte cuenta
Sinceramente no entiendo por qué me explicas esto si tu historia es la que debería darme las herramientas para que yo lo dedujera. No veo, en toda la conversación de los polis, ninguno de estos argumentos. La conversación se centra en quién puede detenerlo pero no entiendo por qué ellos no pueden detenerlo a la vieja usanza. No sé si me estoy explicando correctamente.
No sé cómo poner esa explicación si se supone que los policías entienden eso, pero una vez más como dijiste: me falta pensar en el lector.
¿Y esto es algo que debo entender en este momento o buscarás desarrollar el pasado de Angelo a través de la historia?
Hay TANTOS elementos importantes en atn solo el primer capítulo que todo esto que me explicas no solo no me aclara nada sino que me enreda más.
Lo segundo, pero si lo simplificara sólo debo de presentar a Angelo como un hombre territorial, las auténticas razones para después. ¿Qué tal?
Me parece perfecto, no quiero saber más sobre él. Simplemente te indico que su peso en este primer capítulo debe suavizarse. Hay ocasiones en las que un personaje cambia su rol de secundario a principal a mitad de la historia debido a necesidades del argumento, es decir, es necesario mantener oculto su rol hasta que la trama avance. Ésta es una de esas ocasiones. Mantenlo en el bajo perfil y más tarde lánzalo como soporte de la trama, eso genera sorpresa de una manera muy agradable.
Y por eso lo de los esquemas de personajes.
Simplemente suaviza tu estilo; hay qu leer muchísimas historias cercanas a la época o temática para conocer las herramientas que otros han usado y que quizás te podrían ayudar. No conozco muchas novelas policíacas pero existe el género Polar en la cinematografía (películas francesas) o la novela negra. La segunda es mucho mejor por razones que detallaré más adelante.
En resumen: "lee e investiga más". Entendido
Ok, me parece muy bien que uses esa herramienta.
En un comentario aparte: ten mucho cuidado con el correcto uso de los verbos y expresiones. Cuando dices "ella acepta venir" me hace pensar, al leerlo, que ella vendrá aquí a mi habitación en México D.F. Lo correcto es utilizar expresiones atemporales y universales: "ella decide ACUDIR a Venecia". ¿Verdad que cambia? Lo mismo sucede con las expresiones de tiempo que te comenté antes.
Oh, disculpa, me suelo meter demasiado en mis historias, pero claro que suena mejor.
Pero esto no es una película. Pensar en crear escenas como si fueran móviles es útil, yo mismo uso esa estrategia, pero es MUY importante que te olvides, al llevar esa idea al papel, que es una película porque la narrativa del cine es muy distinta a la narrativa escrita y quizás ahí radique otra parte de tu problema. Generalmente tendemos a hacer divisiones muy específicas al pensar como si estuvieramos en una película: primero describimos y luego dejamos que los personajes hablen. Y eso es muy notorio en tu historia, tal como lo comenté, y no deja espacio para las acotaciones alrededor de los diálogos.
No tienes nada que agradecer .
¿Entonces sería alternar el diálogo con la descripción de manera moderada? Tengo entendido que, tanto en las películas como en los libros, mientras menos digas más efectivo es el impacto sobre el espectador/lector, pero no sé cómo aplicarlo a la narrativa, o al menos también necesito referencias.
Definitivamente no me parece mal. Creo que tienes una habilidad excepcional para mantener la atención del lector y no mostrar todas las cartas de golpe.
Editorialmente es demasiado vago, demasiado velado. La parte donde dice que ha decidido regalarle la vida no es enigmática sino confusa, es lo único que yo quitaría.
Lo que sí te sugiero es que revises la puntuación porque tienes serios problemas, sobre todo con vocativos.
Y un dato que no mencioné en mi comentario sobre tu historia: cuando explicas luego de dos puntos y seguido no se utiliza mayúscula. Ten cuidado con eso.
Saludos.
Todos los datos completamente anotados y guardados. ¡GRACIAS!
Sólo me quedan unas pocas preguntas:
¿Dónde podría aprender más para acabar mis problemas gramaticales? (Ya vi la sección de ayuda al autor, pero pregunto por si sabes dónde más)
¿Me recomendarías entrar al foro para aprender leyéndo a otros críticos?
y
¿Podrías borrar todo este tema después de que te responda? No es que sea paranoico, pero no me gusta pensar que ideas originales anden rondando por ahí en el internet ._.
Saludos.
Tormoku- Invitado
Re: Sedúceme si puedes.
Así como también empezé
También empecé [...]*
Todos los verbos que terminan en "zar", al conjugarse, cambian a "c" cuando le sigue una "e" para mantener la eufonía y el origen etimológico. La construcción "Así como también [verbo]" es un barbarismo de los gordos. "Así como" es un sinónimo de "también": "Hice la tarea así como mis deberes" y NUNCA comienza una oración. Escribir eso es tan malo como escribir "mas sin en cambio".
¿Entonces sería alternar el diálogo con la descripción de manera moderada? Tengo entendido que, tanto en las películas como en los libros, mientras menos digas más efectivo es el impacto sobre el espectador/lector, pero no sé cómo aplicarlo a la narrativa, o al menos también necesito referencias.
Como casi todo en la escritura, la respuesta es "depende".
Creo que no estás considerando que los diálogos son también herramientas narrativas. Un personaje puede, dentro de un diálogo, hacer luz sobre los elementos argumentales.
No hay una regla escrita en cuanto a "qué tanto es coveniente" narrar. El estilo más frecuente es mantener lo cotidiano entremezclado con lo trascendente. Lo importante es no sobreestructurar. La magia de la escritura es que es libre en cuanto al estilo. Si el lector puede crear un diagrama bien estructurado (por ejemplo, lo que yo he hecho: "Parte A, narración; parte B, Diálogo") estás fallando en cuanto transportar al lector a tu universo pues se siente como entrar en un libro de texto.
Lo que te recomiendo es preparar qué información debería transmitirse en tal capítulo e irlo desglosando a partir de las herramientas narrativas: comparaciones, descripciones, acciones... Por ejemplo, si quieres presentar al Arlequín:
"Las preparaciones del festival bullían de color. Por todos lados podían verse comerciantes con adornos para las máscaras, mujeres engalanadas con ostentosos vestidos y hombres corriendo en busca de sus instrumentos musicales.
Los únicos parches descoloridos en medio del confeti y las luces se producían en algunas paredes. Enormes letreros con la leyenda "Se busca" mostraban el apuesto dibujo de un hombre joven.
—¿Han atrapado ya al Arlequín? —preguntaban los ancianos desde sus mecedoras en las terrazas.
La información es de dos clases: circunstancial y argumental. La primera es la ambientación y las descripciones. La segunda consiste en los eventos relevantes para el avance del argumento.
Un error común en las introducciones es queres correr hacia el argumento y fallar en la construcción del ambiente y en la puesta en perspectiva de los personajes. ¿De dónde parte cada individuo involucrado? Pero no sólo los personajes sino también la comunidad y la ciudad donde se producen los acontecimientos. Tu información en esta introducción es mucho argumento y poca circunstancia. Ante tal marejada de información, el lector se pierde. No hay nada de malo en dejar velada la información argumental, lo importante es mantener al lector enterado de qué es lo que sucede en el momento y circunstancia que nos narras, desde los movimientos de los personajes hasta el clima.
¿Dónde podría aprender más para acabar mis problemas gramaticales? (Ya vi la sección de ayuda al autor, pero pregunto por si sabes dónde más)
La gramática es sumamente complicada; espero poder terminar un artículo sobre los fundamentos de la misma para poder ayudar al lector perdido. Es cuestión de práctica, como la ortografía: ejercitar, ejercitar, ejercitar y leer, leer, leer.
¿Me recomendarías entrar al foro para aprender leyéndo a otros críticos?
Para leer a los críticos no es necesario ser parte del foro, es decir, estar inscrito. Yo te recomendaría leer particularmente a los críticos de narrativa y sus links, quizás también a los trameros. Lo tuyo no es algo que se aprenda de las críticas a los fics traídos aquí pues esos fics tienen problemas demasiado básicos (cambios de narrador, cartelitos intrascendentes, descripciones milimétricamente perfectas sobre el cabello y los ojos...) que tú no tienes/ya has superado. Creo que es mejor que vayas a Los Buenos Fics y Sus Autores (el foro hermano de éste) y vayas leyendo por allá cómo es el manejo de muchos amateurs y crees tu propio estilo.
¿Podrías borrar todo este tema después de que te responda? No es que sea paranoico, pero no me gusta pensar que ideas originales anden rondando por ahí en el internet ._.
Nop, yo no puedo. Envía un PM a alguna moderadora global; pero yo te sugeriría que lo mantuvieses aquí, no has dado ninguna información relevante sobre tu argumento ni sobre tus ideas como para que pudiesen plagiarte. Si lo dejamos aquí quizás otros puedan aprender de lo que hemos discutido, sea porque tienen dudas similares a las tuyas o sea porque vieron en tus métodos algo útil. Finalmente es buena ayuda para otros que las críticas y comentarios se hagan públicos, ¿no crees? De otra forma todo podría ser más sencillo por PM.
Sea cual sea tu decisión, yo estaré por ahí si surgen más dudas .
Re: Sedúceme si puedes.
¡OK! Entonces me dedico a mejorar la gramática y la narrativa
Gracias por todo Luck, seguiré practicando y, bueno, viéndolo así no estaría mal que se quede por aquí el tema
Que tengas una excelente cacería de badficks! =D
Gracias por todo Luck, seguiré practicando y, bueno, viéndolo así no estaría mal que se quede por aquí el tema
Que tengas una excelente cacería de badficks! =D
Tormoku- Invitado
Re: Sedúceme si puedes.
Buenas tardes, muy estimada gente del foro. Hace tiempo pasé por aquí para recibir una excelente crítica de Good_luck, pero ahora que han pasado bastantes meses de ensayo y error, me gustaría recibir otra crítica (lo más dura posible) en errores gramaticales, narrativos y de coherencia.
Tienen especial importancia para mí tales críticas, pues pienso dedicarme profesionalmente a esto.
El resto de la historia se encontrará en fictionpress. Muchas gracias por su tiempo .
Tienen especial importancia para mí tales críticas, pues pienso dedicarme profesionalmente a esto.
- Spoiler:
- Después de cinco años persiguiendo al hombre que marcó para siempre al carnaval veneciano, la policía decide recurrir a una desesperada medida de la que no hay garantía si traerá más problemas que soluciones. Se dice que en la guerra y en el amor todo se vale, pero ¿hasta qué punto un sentimiento puede fingirse entre dos adversarios? y de encontrar ese punto ¿quién caerá primero?
- Spoiler:
- Para todo aquel que se hiciera llamar veneciano de, al menos, cinco años de antigüedad, sabía de antemano que no era buena idea salir de la seguridad de los hogares durante la temporada de lluvias de mayo, y mucho menos, correr por los puentes cuando las luces nocturnas apenas podían iluminar el camino debido a la cegadora precipitación, no obstante, aquello no pareció importarle a una muchacha cuando por fin sintió que la maldita gota había derramado el vaso. O al menos, eso quería decirse a sí misma, pues las cosas habían pasado tan rápido que ni siquiera el aplastante granizo sobre su cuerpo podía distraerla de sus pensamientos.
No tuvo idea de cuantos puentes cruzó cuando ya no pudo ignorar su circunstancia actual. Tenía frío, las lágrimas se le congelaban en segundos, su vestido de noche se rompió con, Dios sabrá qué, y estaba perdida ¡En su propia ciudad!. La joven contuvo el impulso de arrojar al canal un inocente barril a escasos centímetros de ella. Necesitaba refugio, después tendría tiempo para poner en orden sus emociones… pero jamás sospechó que aquél tiempo no llegaría.
¡PAF! Se estampó contra un cuerpo que la hizo tambalear hasta perder el equilibrio, pero antes de que cayera una mano firme sostuvo la suya. Repentinamente la lluvia también había dejado de caerle encima.
—Cuidado, señorita —gruñó una profunda voz que la ayudó a incorporarse por completo.
—D-disculpe usted —replicó examinándole las botas por la vergüenza. Como el hombre no decía nada y ella no se atrevía a alejarse sin verse grosera decidió mirar directamente al dueño de la voz. Se trataba de un hombre enmascarado que vestía un traje pegado de diferentes tonos de azul, un gorro de cascabeles sobre la cabeza y un elegante paraguas que les protegía a ambos de la lluvia.
—Esto sí es inesperado —comentó el hombre.
—¿Qué es inesperado? —preguntó temblorosa entre el frío y la inusual situación.
—Eso depende de la perspectiva —dijo soltándole la mano con delicadeza—. Yo creo que ninguno los dos esperaba compañía.
A la joven se le escapó media sonrisa.
—Y debo decir que me sorprende todavía más su coraje de enfrentar esta tormenta —añadió en tono adulador.
Ella se pasó la mano por su alargada cabellera negra y mojada para acomodarla detrás de la oreja.
—No soy así de valiente —aseguró tratando de encontrar inútilmente los ojos del desconocido.
—El hecho de que estés aquí demuestra lo contrario.
—Estaba huyendo… —confesó desviando la mirada.
El hombre se le acercó disimuladamente para ver, de manera teatral, a los lados.
—Yo no veo ningún rufián aparte de mí.
—No —rió con timidez—, es que… —se interrumpió al volver a asimilar las palabras del hombre. De repente notó lo cerca que estaba su máscara e inmediatamente retrocedió temblorosa.
—Usted es ese hombre ¿verdad? Al que buscan por los robos… —confirmó asustada de comprender la identidad del hombre.
El enmascarado rió sin abrir los labios.
—A todos nos buscan por razones distintas, señorita —contestó sin inmutarse.
Ella dio un paso hacia atrás, quería correr, pero sus piernas no respondían, ya fuera por el miedo, el frío o algo más.
—¿Qué es lo que temes que haga? —agregó mientras un trueno iluminaba sus penetrantes ojos claros.
—N-no lo sé… usted es un peligroso ladrón… —balbuceó apenas.
El hombre rió de nuevo.
—Peligro… —Enfatizó divertido—. El peligro no es más que una restricción que nos impide expandir nuestras fronteras de cosas que siempre quisimos hacer —hizo una pausa—. A ti te gusta más el riesgo que a mí.
Repentinamente, la joven dejó de temblar, y con la voz ronca pero decidida, contestó:
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir que preferirías estar aquí que con quienes te arrinconaron a terminar en medio de la lluvia —afirmó clavando sus pupilas encendidas de deseo sobre las de ella.
No hubo respuesta, pues sus pensamientos de advertencia sonaban cada vez menos, así que no notó cuando él la rodeó por la cintura con un brazo.
—No llegaste hasta aquí por casualidad, llegaste hasta aquí por desafiar al miedo que te reprime en busca de algo mejor —susurró en su oído.
—Y-yo… yo… —apenas eran audibles sus acelerados gemidos, hasta que se vieron interrumpidos por el brusco acercamiento del rostro del arlequín al suyo. Su respiración era tan cálida y tan tranquila, que pudo sentirla recorrer cada centímetro de su cuerpo.
—Y la recompensa de enfrentarte al peligro solo la puedes recibir viviéndola en carne propia —la invitó como si sus palabras fueran lo único en el mundo que importara mientras la acariciaba hasta más allá de la mejilla con su masculina mano.
Justo antes de que el hombre retirase parte de su máscara, la joven fundió sus labios con los de él perdiéndose en su cuerpo.
Día 0
—¡Buenos días, audiencia! —saludó un hombre de cabello negro demasiado joven para ser presentador—. Mi nombre es Giovanni De Niro transmitiendo en vivo desde las puertas del Commissariato di P. S. San Marco esperando la primera conferencia de prensa del año antes de que… —carraspeó tratando de reprimir su risa, acto seguido se llevó la mano al auricular—. ¿Sí?… Oh entiendo —murmuró alejando el micrófono de sus labios por un momento—. Bueno, al parecer los policías atrasaron la cita con la cámara diez minutos más de lo previsto ¡Pero no se vayan, queridos televidentes! Pues pienso que valdría la pena mostrar un breve recuento que su servidor preparó para ustedes.
Salieron efectos visuales acompañados de melodías tranquilizantes.
—Remontémonos a hace cinco años —aparecieron escenas de la época del famoso carnaval de Venecia—. Cuando esta celebración centenaria no tenía protagonista alguno pues la gente se reunía para generar el espectáculo conjunto —más escenas de enmascarados y bailes—. No había manera de adivinar que entre tantos miles de turistas o venecianos se encontraría él… —la imagen de una máscara sin labios apareció en la pantalla mientras Giovanni continuaba narrando con absoluta devoción—. Al principio de sus crímenes la policía sólo lo catalogó como una ligera serie de robos a varias mujeres que fue seduciendo a lo largo de los días, y de hecho, fue así pero no fue si no hasta el siguiente año cuando destacó por pintar, por primera vez, el símbolo que actualmente amamos en estas puertas detrás de mí. Por no mencionar que fue tras grandes figuras del cine internacional, desde mujeres casadas hasta actrices rodeadas de seguridad —Giovanni hizo una pausa para relamerse los labios—. Pero lo más asombroso de todo es la manera en la que ha escapado de sus perseguidores, empezando por los oficinistas pomposos de este edificio y cada uno de sus jefes que dicen haberse esmerado en su captura desde sus inicios —Giovanni rió—. Todo esto y más, queridos televidentes, es lo que conformó la leyenda del mejor libertino del siglo veintiuno: el Arlequín…
—Vaya, no despegas los ojos de la pantalla —dijo una voz femenina—. Me pregunto si mejor continúo haciendo como si no estuviera aquí.
Repentinamente Carlos abrió los ojos como platos tratando de recuperar el sentido de realidad. Estaba mirando la televisión de un café situado en España mientras una mujer morena se levantaba de su mesa.
—¡Espera, Leona! —Le rogó un hombre barbudo con sombrero francés—. Perdón, es que sabes que busco inspiración donde sea… por favor, quédate.
A pesar de estar acostumbrada a la inexperiencia de algunos hombres, Leona se percató de que no podía esperarse la menor señal de seguridad en alguien que usa las palabras "perdón" y "por favor" en la misma frase. No obstante, aún quedaba una cosa por hacer.
—Carlos, tenemos que hablar —dijo retomando asiento.
—Sí, tenemos que hablar —continuó el barbudo reacomodándose los lentes—, pero concédeme la gracia de escucharme primero.
Leona le cedió la palabra pero no sin antes cruzar las piernas y reclinar la espalda en el asiento.
—Leona —comenzó sin perder el menor detalle de aquél rostro femenino que tantas noches le había perturbado—, no tengo idea de cuantos hombres han intentado poseer tu belleza, sé que debe pesarte despertar todos los días sabiendo lo difícil que es formar una relación de verdad con…
—Aquí están sus cafés —interrumpió una mesera de mediana edad—. Un descafeinado para usted y un frappuccino para la señorita.
—Gracias, señora —agradeció reprimiendo una sonrisa.
Durante incómodos segundos Carlos trató de reacomodar lo que iba a decir, al parecer lo había ensayado.
—Leona —volvió a retomar—. Estos tres meses han sido los más maravillosos de mi vida. Desde que te conocí supe que había algo especial en ti, y creo que ha sido lo mismo para ti.
"¿Crees?" repitió Leona en su pensamiento.
—Sé que debe de ser difícil pensar que le atraigas a un hombre por algo más que tu físico, que no hay un interés egoísta detrás de todas estas citas que hemos tenido…
"Discurso del salvador" pensó reconociendo el sentido de la declaración.
—Pero créeme cuando digo que yo soy diferente —se le empezaron a encender las mejillas mientras un grupo de violinistas se acercaron de la nada para tocar una romántica melodía —. No sé cómo convencerte de que me atraes más de lo que puedes imaginar, y puedes estar segura cuando digo que mi mayor deseo es hacerte feliz.
Carlos se levantó de la silla para terminar de rodillas frente a Leona, acto seguido, sacó una cajita de su bolsillo trasero.
—Leonora González… ¿me harías el grandísimo honor de ser mi esposa?
Leona miró a un anillo completamente diferente.
—¿Y aún así lo preguntas, amado mío? —replicó una princesa morena de orejas puntiagudas que vestía una extraña especie combinación de toga con armadura—. Contigo, hasta el más tentador de los mortales palidece ante lo que me hace sentir tu simple presencia.
Un joven en taparrabo y maquillado se incorporó lentamente sin perder de vista los ojos de su futura reina.
—Pues que así sea —continuó el hombre sacando el anillo de su mística caja, del cual procedió a poner con delicadeza sobre el dedo de Leona—. Y que los sabios espíritus sean testigos de este amor entre tú yo.
—Pero si vamos a casarnos, Karlont, me temo que no podremos mantener lo nuestro en secreto —continuó la elfa—. No si queremos la bendición de todos.
Karlont inspeccionó al enorme bosque que yacía alrededor de ellos. Había cambiado mucho desde la primera vez que conoció a la princesa. Recordando aquél día, el humano supo que sus siguientes palabras harían efecto.
—No creo que sea la bendición de todos lo que te importe, Leora.
—No, tienes razón —confirmó ella—. Es sólo…
Como Leora no continuaba su frase, Karlont perdió la paciencia.
—¿Es sólo qué? —inquirió.
—Tengo miedo, Karlont —contestó en un hilo de voz—. Me haces sentir dos cosas contradictorias que nunca creí que sentiría por alguien. Tú siempre puedes pasar desapercibido si quisieras, pero yo…
—¿De verdad piensas que hay tanta diferencia entre nosotros? —le espetó Karlont.
—No son las diferencias lo que me preocupa.
Impulsivamente él le tomó la mano con fuerza, y con suma intensidad preguntó:
—Dime la verdad, Leora. ¿Me amas?
Leona sonrió permitiendo que su extraño peinado irregular le cubriera un ojo.
—Siento lo mismo que tú por mí —contestó después de un silencio—. Lo mismo que la luna siente por el sol, o el agua por el fuego, o la leona —resopló por la nariz— por el lobo… pffft—terminó antes de estallar a carcajadas.
—¡Corten! —anunció una voz electrónica que deshizo el trasfondo del bosque en una pantalla verde— ¿¡Pero se puede saber qué estás haciendo, González!?
—Perdón —se disculpó entre risas—. Desde que leí esta frase, el libreto me pareció empalagoso. Entiendo que hay otros guionistas trabajando en la serie, pero éste definitivamente tiene que ser un novato frustrado para escribir tantas tonterías juntas.
El set entero permaneció en silencio sepulcral. Sólo Leona podía hablarle así al director.
—¡Apaguen iluminación! —ordenó un señor de bigote chino parado detrás de la cámara principal—. Eso es todo por hoy. No repetiremos la escena.
Leona arqueó una ceja. Todavía le costaba acostumbrarse al momento en el que pasaba de una especie de sueño para terminar devuelta en el set. Habían, por lo menos, cincuenta personas moviéndose en todas direcciones y realizando diferentes tareas desde el vestuario, el montaje, las cámaras, los focos, los micrófonos gigantes, los maquillistas, y los típicos jovencitos que traen cualquier capricho del director y de los actores.
—González, ven aquí —dijo tan alto para que varias cabezas los miraran.
Leona obedeció sin perder su sonrisa burlona.
—En todos mis años de carrera jamás había tratado con actriz tan talentosa y natural frente a las cámaras —comenzó guardando su cámara—. Pero hasta hace unas horas, yo no me atrevía a ver la clase de actriz arrogante con la que trato.
Ella reconoció la amenaza en su tono.
—De acuerdo, sólo me limitaré a seguir el libreto, aunque haga que la sangrienta y fría princesa Leora tenga que actuar como la Barbie de un escritor urgido —convino.
—Bueno, Leona. Resulta que ese "escritor urgido" tenía otro libreto más acorde a lo que dijiste, pero lo modificó a última hora para verlo el mismo.
—¿En serio? —volvió a sonreír burlonamente para buscarlo, pero en cuanto lo reconoció se le borró sintió como si se le cayera un bote caro de pintura para uñas.
—Él es mi mejor amigo, y el hombre al que le rompiste el corazón esta mañana —continuó el director esperando a que la nueva información hiciera más efecto en el semblante de Leona—. Ahora. Profesionalmente sé que no debería de traer asuntos personales al trabajo, pero dado tu infame historial con otros miembros del casting me temo que ya no puedo ignorar esto.
De repente el mundo se volvió más lento de lo que debería. El sudor frío y el corazón acelerado de Leona amenazaban con nublar su juicio, sin embargo, aún mantuvo la suficiente calma para proferir un último insulto antes de lo inevitable.
—¿Ya no puedes ignorar que Carlitos necesita una madre?
—Estás despedida.
Regresando a la ajetreada mañana en Venecia del mismo día. El Commissariato Di P.S. San Marco no podía pasar por peor situación, y no era tanto por el escaso personal y la presión social por el tema del Arlequín, si no por el repentino asenso de puestos para los pocos policías que decidieron quedarse en el servicio. No obstante, para Angelo Berlusconi ese último resultó el menor de sus problemas. Bastaba con mirar su aspecto para adivinar por qué su nuevo puesto se adecuaba a su carácter: pulcro, fornido, peinado firme y bien uniformado de negro, así como sus ojos de ámbar que sólo reflejaban determinación pero en aquellos momentos reflejaban…
¡Slam! Resonó un tremendo portazo a la entrada de la oficina principal seguida de Angelo y otro policía mucho mayor que él. A pesar de llevar un mes en su nueva oficina, todavía no podía acostumbrarse a los tonos amarillentos de las paredes, por no mencionar las enormes ventanas que llevarían exceso de luz a su escritorio de madera de no ser por unas cortinas color verde botella.
—¿Ya empezó el primer robo y ni siquiera ha comenzado el carnaval? —gritó Angelo resistiendo la tentación de tomar su gorro de policía y aventarlo ventana— ¿¡Ya empezó el primer robo y ni siquiera ha comenzado el carnaval!? ¿¡Cómo demonios permitiste que dijera esa estupidez frente al imbécil de Giovanni!?
—Cálmate, Angelo —lo atajó el anciano policía tomando asiento en el lugar que da a la gran ventana—. ¿Qué otra cosa podrías decir? Es la verdad, la demanda del robo ya es del dominio público.
—¿¡Cómo quieres que me calme en una situación como esta, Paolo!? ¡Le robó y se acostó con Marie! ¡MI MARIE!
—Y tú provocaste que se fuera huyendo —puntualizó Paolo mientras Angelo tomaba asiento frente a él—. ¿No harías lo mismo si tu pareja…?
—¡Tú también te pondrías así si los medios comenzaran a responsabilizarte de los fracasos que hemos sufrido desde hace años! —interrumpió evasivamente.
—Eres el nuevo jefe de policía, Angelo, es lógico que la presión recayera sobre ti. Además, ten en cuenta que la señorita Lombardo siempre ha sido sensible, en particular cuando te pones así.
Angelo pegó sobre la mesa mirando a los ojos de su interlocutor. El sereno aspecto de su anciano amigo siempre lo tranquilizaba por lo que decidió cambiar el tema.
—¿Dónde está ese niñato inútil que nos dejó morir solos? —inquirió más tranquilo.
—¿No recuerdas que Ettore se fue de vacaciones la semana pasada?
—Sí, pero se suponía que regresaba hoy. Tengo entendido que ya fue notificado de todos los cambios que se han dando por aquí.
—Sí, pero por correo —terció un joven rubio cuya placa era lo único que le identificaba como policía—. Tampoco es que tuviera mucho ánimo de regresar.
—¡Llegas tarde, inútil! —gruñó Angelo.
—Por eso te digo que disculpes las tardanzas, me cuesta asimilar la repentina responsabilidad… —suspiró pasando del umbral hasta un sillón junto al escritorio—. Aparte, casi me quedo en España por —hizo una pausa para encontrarle la descripción adecuada— sentimientos malentendidos…
—Sentimientos malentendidos —repitió Angelo con sequedad.
Ettore sabía que si no contestaba rápido y claro lo pagaría con su sueldo.
—No sé si me vayan a creer pero antier, cuando estaba turisteando en los estudios de Madrid, la leona de Madrid me besó ¡y tomé un café con ella!
—¿Leona? —entendió el anciano— ¿Te refieres a Leonora González? ¿La actriz que trae de cabeza a toda España?
—Sí, esa misma—confirmó Ettore amargamente—. Al parecer me estaba usando para librarse de un supuesto acosador, pero resultó que sólo quería que la invitara a cenar y robarme la placa como una broma.
—Increíble —se maravilló Paolo—. En mis tiempos sería inconcebible una mujer así.
—¡Nada de eso viene al caso, señores! —interrumpió Angelo pegando sobre el escritorio—. ¡Tenemos a un asqueroso sociópata consecutivo que roba a mujeres y a todo un séquito de imbéciles resguardándolo mientras perdemos el tiempo hablando de la suripanta esa!
Los suboficiales intercambiaron miradas hasta que Paolo habló.
—Tienes razón, Angelo. Lo sentimos.
Angelo se permitió un suspiro.
—Repasemos de nuevo las medidas de este año.
Revisar las medidas era una costumbre que la policía solía llevar a cabo para mencionar qué precauciones ya se han tomado con respecto al Arlequín y qué sería bueno agregar. Llegaron las ocasiones en las que se sugirió que los hombres no usaran máscaras hasta que nadie pisara la tierra veneciana. Como era de esperarse, los venecianos lo tomaron de la peor manera posible, por lo que se descartó de inmediato después de una tormenta de protestas de todo el mundo.
Por otro lado, la idea de usar mujeres espías o carteles de advertencias al público, no tuvieron el más mínimo efecto. Las mujeres espías igual caían ante su hechizo y las advertencias sobre él no hacían más que engrandecerlo.
Ettore extendió su brazo hacia el viejo archivero que se mudó desde la pequeña oficina de Angelo hasta la nueva.
—Poner seguridad en cada canal, revisar las parejas en las calles, registrar vendedores de máscaras y ropa, aunque tenemos la sospecha de que él mismo se la fabrica —miró a su jefe a los ojos con suma seriedad después de aclararse la garganta—. Siendo realistas, teníamos más posibilidades el año pasado que en este… ya saben, antes de que nuestro antiguo jefe amenazara con dimitir de su cargo a cambio de cancelar el carnaval.
Ettore cerró el folder como si fuera una tenaza.
—Claro, que, eso no nos garantiza que se ya deje de filtrarse la información a los medios, jefe… —añadió en tono sombrío—. Así que solo puedo sugerir dos cosas.
—¿Cuáles? —inquirió el Angelo cruzado de brazos.
—Sospecho que el Arlequín tiene acceso a la policía por medio de alguien, si no es que está entre nosotros, y aunque oficialmente hayan renunciado tantos policías hartos por este caso, aún quedan quince policías en sospecha, agregando otros tres más, si nos contamos…
—Es una acusación seria pero cierta —corroboró Paolo con frialdad.
—Sí, es verdad —cedió el nuevo jefe de policía—. Que no nos quepa la menor duda de que el Arlequín todavía tiene agentes infiltrados. Apostaría mi placa a que también habrá otros topos entre los nuevos.
Los tres se quedaron en silencio hasta que Angelo volvió a hablar.
—¿Cuál es la segunda cuestión que especulas, Ettore?
—Es más bien una loca idea que fácilmente se nos puede ir de las manos…
Dado que el español no agregó más, el policía se irritó.
—Mira, niñato, sé que desde siempre hemos trabajado juntos con cargos de menor importancia, pero ahora que soy el jefe y tú sigues siendo mi subordinado ¡Te ordeno que cantes o que mejor uses la boca para algo más útil!
—Está bien, está bien —se apresuró a contestar Ettore—. Pero no diga que no le advertí…
—Cualquier idea es mejor que nada, Ettore —terció Paolo.
Ettore dudó unos segundos.
—Creo enviamos a la gente equivocada tras el Arlequín, jefe. Si hay algo evidente en esos fracasos es que ninguno de esos agentes estaba a su nivel…
—¿Qué quieres decir? —preguntó el anciano.
—Pues… —miró al suelo y luego a los ojos de Angelo— ¿Y si enviamos a alguien que sepa más de lo que sabe el Arlequín en lugar de criminología? Las investigaciones sobre él nos dicen que no es tanto un criminal si no un seductor de primera categoría que no puede ser atrapado si no es seducido —titubeó de nuevo—. Dejándonos en claro que solo una mujer seductora y sin moral podría con él.
—Es una buena idea, el problema es que no sabemos si se ha intentado antes ni qué resultados ha dejado —razonó Paolo.
Angelo se le quedó mirando con aire inquisitivo.
—¿Y por qué dices que es una locura? —preguntó mirando a Héctor como un halcón cerca de su presa.
—Porque mujeres así son muy inestables, jefe.
—Me importa un pimiento, Ettore. Quiero que se diga que hemos intentado todo —reflexionó un instante—, ¿Cómo se llama esa mujer que mencionaste antes?
—¿Quién? ¿Leonora?
—Sí, esa. ¿Sabrás cómo contactarla?
—¿En verdad crees que es buena idea, Angelo? —terció Paolo.
—Si esa "Leona de Madrid" es tan buena, estoy seguro que no se resistirá en seducir al Arlequín, y si no lo hace, al menos lograría desenmascararlo para que lo atrapemos —razonó dibujando una sonrisa lobuna en su rostro.
El rubio se quedó con los ojos como platos.
—Jefe… Leonora González es una mujer nada predecible. No crea que se puede convencer así como así.
—Irás tú —le interrumpió Angelo—. Es tu castigo por llegar tarde.
Ettore arqueó las cejas.
—Bueno… —se encogió de hombros—. Paolo ¿me acompañas?
—¡Oh! ¡Claro que sí! ¡Será todo un placer conocerla!
—¿Quién te dio permiso para irte, Paolo? ¡Necesito que te quedes por cualquier cosa!
—Conocer a la mujer más seductora de España también es parte de mi trabajo, señor Angelo. Además sólo Ettore y yo hablamos castellano —convino el anciano policía.
Angelo miró a sus compañeros con el seño fruncido.
—Está bien, lárguense. Los veré mañana a primera hora, y no se atrevan a volver sin esa mujer.
El resto de la historia se encontrará en fictionpress. Muchas gracias por su tiempo .
Tormoku- Invitado
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