Supongo que necesito un Beta-Reader
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Supongo que necesito un Beta-Reader
¡Hola viboritas!
Estoy escribiendo mi primer fic en honor a las obras de Tolkien (Solo llevo algo así como un capítulo). Sería la historia de una OC, que hasta ahora no tiene indicios de Mary Sue. Pero el tema principal es el camino que toman Elladan y Elrohir para encontrar a los Dunedain e ir así a la guerra.
En fin, necesito alguien que corrija mis errores de redacción y que me aconseje con cosas que no se donde van (Ni yo me entiendo)
El fic lo tengo en mi Notebook y no puedo conectar al Wi-fi, pero en cuanto pueda me la paso y la subo.
Estoy escribiendo mi primer fic en honor a las obras de Tolkien (Solo llevo algo así como un capítulo). Sería la historia de una OC, que hasta ahora no tiene indicios de Mary Sue. Pero el tema principal es el camino que toman Elladan y Elrohir para encontrar a los Dunedain e ir así a la guerra.
En fin, necesito alguien que corrija mis errores de redacción y que me aconseje con cosas que no se donde van (Ni yo me entiendo)
El fic lo tengo en mi Notebook y no puedo conectar al Wi-fi, pero en cuanto pueda me la paso y la subo.
Lenchu-
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Edad : 27
Localización : Valinor
Fecha de inscripción : 14/01/2013
Re: Supongo que necesito un Beta-Reader
No quiero hacer doblepost, pero es para actualizarlo y subir lo que tengo escrito.
Aca esta lo que escribí, lo de la carta (y el pasado) todavía no se donde ponerlo, tal vez en otros capitulos, y ni siquiera se si lo que esta escrito puede funcionar como primer capitulo:
Creo que es fiel a las obras de Tolkien (incluso los nombres), y obviamente el personaje principal es una OC llamada Nárelen, todavía no se cual puede ser su procedencia, lo unico que tengo en mente es que uno de sus progenitores sea de Rohan y el otro estoy entre Noldor y Teleri, o incluso un elfo gris (El color de sus ojos va a variar, si es noldor seguiran grises, pero otro tendran que ser azules).
Espero que puedan decirme si tiene indicios de Sue D:
Aca esta lo que escribí, lo de la carta (y el pasado) todavía no se donde ponerlo, tal vez en otros capitulos, y ni siquiera se si lo que esta escrito puede funcionar como primer capitulo:
- Spoiler:
- Capitulo 1
Veloz como un viento encabritado corría Asfaloth, el corcel de Glorfindel, un destello blanco perseguido por sombras tenebrosas, que no podían alcanzarlo. El hobbit se sostenía de las crines y cerraba los ojos con fuerza…
Al sur de Rivendel, en una barranca a orillas del Bruinen, había una frondosa arboleda que recorría casi todo el perímetro de la ciudad. Las criaturas de los bosques vivían en paz allí, protegidos por la Última Morada, la Casa de Elrond. Una patrulla de media docena de jinetes élficos se encontraban en el extremo sudoeste.
— ¡Una crecida! — Anunciaba un alto elfo de cabellos castaños mientras volvía su caballo hacia la compañía. Un desgarrador grito se elevó por los cielos y paralizó a todos, sabían exactamente lo que había causado ese alarido, los llenó de temor y los caballos corcovearon.
— No teman — Dijo una de las dos elfas que integraban la pequeña patrulla, y la capitana de la misma — La crecida del río fue enviada por el Señor Elrond, es lo seguro, y la presencia amenazadora de hace unos instantes se ha disipado, cabalgad tranquilos.
El cabello color oro le caía liso, sus ojos azules y profundos miraban con firmeza, pero a la vez con compasión a sus hombres. Su gran cabalgadura y vestiduras blancas la hacían ver majestuosa, como los elfos de antaño. Ylgaër tenía por nombre y era la única capitana femenina de Rivendel. Aunque la otra difería en tanto con ella, era joven, muy joven para los cánones élficos, aunque en realidad era una peredhel. Su cabello rizado en un color castaño.
Pero la tranquilidad duró poco.
Silbando, una flecha oscura, se clavo en un árbol cercano — ¡Orcooos! — soltó como un grito de guerra la capitana mientras se internaba en el bosque al galope, los cinco jinetes la seguían mientras desenvainaban sus espadas y preparaban los arcos.
Nárelen era el nombre de la media-elfo, quien galopaba en una yegua negra como el azabache. Su corazón palpitaba con rapidez, al fin y al cabo era su primer patrulla (y en realidad no esperaban encontrarse con orcos), ya que Elrond no le permitía salir de Rivendel si no era por paseos o viajes pacíficos… ((pero la razón de esto se explicará más adelante)). Más allá de esto, tenía cierta destreza con las armas, en lo que la habían entrenado los hijos del mismo Elrond.
No tardaron en estar frente a frente con un pequeño grupo de orcos, no mucho mayor en número que ellos. Fueron rápidamente abatidos, incluso la joven le dio a uno con su arco a pesar de los nervios y el miedo. Nadie resultó gravemente herido, solo rasguños y contusiones menores.
— Ay, esto es malo — se lamentó Figw, un elfo de cabellos negros.
— Hace tiempo ya que los orcos no llegan hasta las cercanías de Imladris — respondió el castaño.
Registraron los cuerpos, pero no encontraron nada especial, supusieron que era un grupo de exploración. Amontonaron los cuerpos en un claro y los quemaron.
— Nuestra misión será más larga de lo que esperamos, debemos inspeccionar el terreno, y tendremos que hacerlo hasta el paso alto. ¡Vamos no hay tiempo que perder! — se disgustó Ylgaër.
— Mi señora… — llamó Figw — ¿No sería mejor separarnos? Así recorreremos terreno de forma más rápida, de otra manera podemos tardar demasiado y probablemente darle tiempo a los orcos que huyan.
— Sabias son tus palabras Figw, y siempre lo han sido así. — respondió la capitana con una sonrisa. Volviendo a su semblante serio dijo — En tres grupos nos separaremos, pero no nos alejaremos mucho, y nos encontraremos en el paso alto.
Cada grupo era formado por dos elfos, y así quedaron formados: Ylgaer iba con Nárelen, Figw con el elfo castaño y los otros dos elfos, con suaves palabras dirigieron a los caballos entre los árboles.
Las elfas fueron tras el rastro de los orcos que habían derrotado, cabalgaron largo rato en silencio, siguiendo las huellas inconfundibles. Ylgaër, notando la tensión en la chica, habló para distraerla un poco.
— Si mal no me informaron, puedes comunicarte con las bestias ¿No es así? — Preguntó intentando cerciorarse.
— Esa información es un tanto incorrecta — Respondió Nárelen — He pasado largos días observándolos y comprendiéndolos, se interpretarlos — aclaró.
— ¿Puedes averiguar si ha habido otros grupos de orcos? — Inquirió la capitana.
— Los animales temen, dudo que hayan salido desde que pasaron los orcos por aquí — dijo mirando hacia los árboles, una suave brisa pasaba entre ellos y chocaba contra su cara. Se sintió libre y sonrió para sí misma.
Cabalgaron hasta entrada la noche, y así lo hicieron durante casi cuatro días. Las huellas, en efecto, después de dar varias vueltas por el bosque llegaban al paso alto, en el extremo norte de la arboleda.
Allí se encontraban los cuatro elfos, que habían llegado el día anterior, dado que su camino había sido recto y sin tropiezos.
— ¿Han encontrado algo? — Preguntó Ylgaër desmontando.
— Nada, ni un rastro, mi señora — Respondió uno y todos negaron. — Hemos aprovechado el tiempo y hemos ido hacia el otro lado del paso, pero tampoco pudimos distinguir nada.
— Lo que supuse, los servidores de la sombra y su escasa inteligencia, a veces terminan por vagar sin rumbo, extraviados, por días enteros. Debemos volver a Imladris — y dicho esto todos montaron y se dispusieron a volver.
Nárelen se relajó, el cuerpo le pesaba, sentía un inmenso cansancio, tanto mental como físico. Aún era joven y necesitaba dormir, apenas alcanzaba la madurez y centrar su mente en hermosos pensamientos no bastaba. Cabalgó en estado inerte todo el tiempo, espabilándose solo para probar bocado…
53 años atrás…
—Mi señor, alguien lo solicita — dijo un elfo, preocupado, saliendo a un balcón con interminables decoraciones talladas en las columnas y barandales, las flores crecían en enredaderas. Delante, con ropas grises bordadas con hermosas piedras preciosas, se encontraba el señor de la ciudad, descansando sus brazos en el barandal. Mirando con gravedad el cielo, escrutando cada estrella.
Lord Elrond asintió y lo siguió sin mediar palabra.
Apenas cruzó el umbral de la puerta vio a un hombre de rodillas, las ropas raídas, desgastadas y sucias, llevaba algo entre las manos. Se acercó, de pie a su lado, erguido, con un semblante serio.
— ¿Qué puedo hacer por ti?, joven alma en pena.
El muchacho alzó la vista, sus ojos demostraban la más profunda de las tristezas. Alzó el bulto hacia el medio-elfo. — Su padre está muerto, hemos sido atacados — dijo con un hilo de voz.
Elrond tomo el bulto en sus manos, en su mirada se notaba compasión, la compasión de alguien que acaba de encontrar un perro malherido y desea salvarlo. Miró al bebé, no tendría más de un par de meses, los ojos grises lo miraban reclamándole clemencia, una carta se encontraba sobre el pecho de la criatura.
“Elrond, si le ha llegado este mensaje es porque he perecido.
Una vez me dijo que si necesitaba algo te lo hiciese saber, y es ahora cuando lo necesito. Ella pertenece a los peredhil, es hija del amor, un amor incontrolable y profano, el cuál le dio muerte a su madre y probablemente me la dio a mí.
No he conocido otro que pueda criarla como yo quisiera, usted la sabrá entender, le transmitirá sus conocimientos y será una digna descendiente de los Eldar.
Os ruego que la cuide, no hay mejor hogar que Rivendel si no se tiene uno, y ella no lo tiene. Cuando llegue la hora quiero que se encamine a los puertos grises, aunque sé que esto solo depende de ella, y si así lo desea su corazón, pero no quiero que viva el terror y sufrimiento de esta tierra, ni el destino de los hombres, aunque solo está en ella decidirlo.
Sé que le dará un nombre, aunque yo no pueda ofrecerle ninguno. “
Esto era todo, la carta no estaba firmada ni sellada.
Elrond miró al muchacho para preguntarle de donde venían, pero el yacía muerto a sus pies. Lo miró con tristeza y descubrió que todo su cuerpo se encontraba quemado, cerró los ojos y suspiró. Cuando los volvió a abrir se encontró con esos ojos grises que no comprendían nada.
— Nárelen te llamaré — le dijo — Estrella de Fuego, en la lengua de los hombres, pues gracias a ello has llegado aquí.
La pequeña río y se quedó profundamente dormida.
El medio-elfo la crió como si fuese su hija, y la amó tanto como si lo fuera. Le transmitió los conocimientos de los Eldar y sus costumbres. Pero siempre estuvo presente ese lado curioso y aventurero de los hombres.
A sus hijos les ordenó que le enseñaran el arte de manejar las armas, pues lo creía necesario. Pero Arwen Undómiel le enseñó sobre las artes no bélicas y la que más le gusto de entre ellas fue la música
Creo que es fiel a las obras de Tolkien (incluso los nombres), y obviamente el personaje principal es una OC llamada Nárelen, todavía no se cual puede ser su procedencia, lo unico que tengo en mente es que uno de sus progenitores sea de Rohan y el otro estoy entre Noldor y Teleri, o incluso un elfo gris (El color de sus ojos va a variar, si es noldor seguiran grises, pero otro tendran que ser azules).
Espero que puedan decirme si tiene indicios de Sue D:
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